Con la tensión e intensidad que nos tiene acostumbrada la Premier cuando cita a dos de sus ‘gigantes’, Chelsea y Manchester United han prolongado su lucha por un campeonato más competido e igualado que nunca tras lo plasmado en Stamford Bridge (2-1).
Los Blues, que tenían que ganar con total obligación para dar caza a su rival en el liderato, salían sin Lampard (por el fallecimiento de su madre) pero con mucha presencia y agresividad. El United, sin Cristiano Ronaldo ni Tévez en el once y con Scholes, Park o Evra en las gradas por decisión de Ferguson, propuso un partido a la contra que estuvo cercano a dejarle en bandeja el título pero que se le marchó en la recta final.
Ballack, inspirado en esta recta final de campaña, abrió el marcador en el descuento de una primera mitad lenta y donde la sustitución de Vidic (tras recibir un fuerte rodillazo de Drogba que lo dejó ‘ko’), fue lo más destacado. El cabezazo del teutón, inapelable, no bastó pese a todo para contener a un United más ofensivo en la reanudación, que aprovechó un error infantil de Carvalho al ceder a Rooney un balón en defensa, para igualar.
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