Los destellos deseados

Cuando uno tiene que dejar de lado sus habituales labores de trabajo durante un fin de semana por medidas de fuerza mayor alejadas del mismo, está deseando volver para enterarse de todo lo acontecido en su ausencia. Algo así me pasó estos días y aunque estuve realmente desconectado del mundo-fútbol (sólo pude ver el derbi madrileño pues donde me encontraba no tenían nada más), a mi vuelta todos fueron emociones, destellos y muchas horas donde se acumuló lo mejor de varios días. La experiencia fue buena, o al menos, compensa el no haber podido vivirlo en directo.

Tirando de partidos grabados durante mi 'fuga', disfruté con el golazo de Cristiano Ronaldo sobre la hora en el siempre complicado Craven Cotagge, con el valor de los baby-gunners pese a su derrota a manos de un Drogba que deja a Sheva en la más absoluta de las sombras, o con la jornada de máxima emoción vivida en la Bundesliga con sendos tropiezos (ambos a última hora), de Schalke y Werder Bremen, que parecen predestinados a sufrir hasta el final.

El fin de semana en Inglaterra restaba importancia a la Premier para centrarse en la final de la Carling, la mejor de los últimos años sin ninguna duda. Sólo la heroicidad de Wenger, otorgando el merecido premio a quienes habían logrado llevar hasta allí a los Gunners, y el once 'estelar' (excepto Diarra), de un cuadro Blue mostrando su aspecto más millonario -por aquello de ver juntos a Lampard-Ballack, Sheva...-, podía reflejar un choque así. Fue el propio choque de estilos, el presente contra el futuro y el control ante el toque, lo que originó ese espectáculo.

Difícilmente otro técnico dejaría todo un título -por muy menor que algunos lo consideren- a un once tipo que se sostenía en una media de edad tan baja y en el que su jugador más determinante tenía 19 años y se llamaba Cesc Fábregas. El sueño duró menos de lo que debía, pero Drogba es especialista en truncar esperanzas a base de definición y pegada, la misma que le está destacando cada día como el mejor delantero en la actualidad y la que, probablemente, le llevará a la Bota de Oro -la misma que su 'amigo' Samy no tiene-. Todo esto, dejando a un lado las polémicas y
las opiniones de cada uno.

En Londres, con los ojos de toda Inglaterra sobre la fortaleza que siempre es el cuadro de Coleman como local, el United cedía por sus problemas defensivos de antaño y por la poca, por no decir nula, capacidad de rotación de Ferguson, que demuestra cada vez más que no confía en lo que tiene en el banquillo (sólo es capaz de meter a O´Shea, Saha, Fletcher y Heinze). Por suerte, sigue valiéndole el gran estado de forma de su crack luso y del tándem ofensivo. Cristiano quiso ser protagonista en el momento justo y así fue.

Otros destellos del fin de semana se vieron en Alemania, donde Schalke y Werder Bremen parecen dispuesto a brindarnos emoción en partidos de alto voltaje. Ambos fueron incapaces de hacer valer su obligación, su control y su dominio con lo que el destino deparó unos minutos finales donde todo pudo pasar. El Genselkirchen, Kiessling daba la victoria a domicilio a un Leverkusen agotado tras jugar la UEFA y el Schalke quedaba a expensas del Bremen. Los de SCAF marcaban justo cuando su rival cedía en casa pero, a falta de unos segundos, el Gladbach –en crisis total-, se herejía en el héroe del Veltins Arena gracias a un tanto de Nando que dejaba el mal menor.

Así pues y tras analizar todo, ¿Será mejor esperar los destellos de cada fin de semana para el final?...

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La noche del morbo

La Champions, que empezó con muchas tensiones y sin demasiados resultados concluyentes de cara a la vuelta, regresa este miércoles con recuerdos pasados y reencuentros más morbosos que nunca. Así será para Mourinho en Do Dragao o para el 'Spanish Liverpool' en el Camp Nou. También habrá tiempo para evaluar a los dos equipos más fuertes de Italia ante expertos en el colectivo como Valencia y Lyon. La noche promete.

Barcelona-Liverpool:

Pocas veces se ha presentado a lo largo de la historia, extensa de la Copa de Europa, un choque en octavos de tanto renombre en los últimos años y es que, los dos últimos campeones de Europa se verán las caras en el Camp Nou. Si a esto le añadimos que hay muchos recuerdos de cruces no tan lejanos y que los Reds llegan -además de multados- hablando en perfecto castellano, todo toma un ambiente más casero.

Rijkaard no las tiene todas consigo y ya ha advertido que necesitará todo el desborde posible para derribar la más que segura muralla que tendrá enfrente.
Messi ha sido su elegido y, junto a Ronaldinho y Deco, deberían poder profundizar en la defensa que prepare con tranquilidad el especialista Benítez, que, mucho me temo, necesitará al menos capacidad de poder contragolpear para sacarse la presión. Apuesto por azulgrana, al menos para hoy. (2-0)

Inter-Valencia:

Un cruce con varios precedentes casi recientes y aún sin curar. Mancini está, sin duda, ante su gran oportunidad. Tiene el Scudetto en el bolsillo, un cuadro que le responde con imponente regularidad y todas las ramas en perfecto estado. Ahora o nunca. El Inter se enfrenta, ante todo, a su propia inseguridad. Hasta ahora no la tiene, pero el Valencia quiere indagar en ella y aclarar que los que dicen que este Calcio está bajo mínimos, no les falta razón.

Silva, Villa y Morientes, serán clave en la eliminatoria, ya que, según cálculos, la pegada -contando con partidos cerrados-, será el mejor aliado hacia cuartos. Soy optimista (1-1)

Roma-Lyon:

Desde el punto de visto de clase y creatividad, la eliminatoria entre romanos y lioneses es, al menos para un servidor, la que mayor esperanza alberga de alcanzar un alto nivel. Los de Spalletti son el equipo más ofensivo, de toque y de 'bloque', que existe en todo el Calcio. Sus llegadas en masa con Taddei, Perrotta, Mancini y el gran Totti, además de las arrancadas de Panucci o los lanzamientos de De Rossi, aseguran que si la Roma quiere pasar de ronda, debe apretar mucho en el Olímpico. Clase y jugadores tiene para ello.

El Lyon está ante su enésima oportunidad de meterse, realmente, en los anales de la historia y su bajón en últimas fechas deja más dudas sobre su juego. No porque haya bajado su nivel tanto que comprometa seriamente su pase, sino que, nadie tiene claro que el Lyon del 2007 es exclusivo para la Liga (ganada desde hace meses). Partiendo de la base del 'bloque' como principal poder, ambos son casi similares. (2-2).

Oporto-Chelsea:

El gran aliciente de una eliminatoria con claro color Blue, estará en Mourinho. El luso, recobró el sentido y las energías perdidas en Do Dragao tras años de sequía con un título europeo ganado a pulso y en silencio, justo lo que ahora pretende de igual manera ante el 'gigante' londinense. Las tornas para Mou han cambiado, en Oporto no tenía presión y ahora, si se le escapa por tercera vez consecutiva la Champions, su futuro está más que cuestionado. El ambiente será de infarto para el ex-héroe.

La clave, el mediocampo, si los Makelele-Esssien-Lampard se ganan un hueco, el Oporto no podrá tener profundidad, justo lo que más necesita para entrar por las bandas, su principal referente de ataque. Con pronóstico reservado aunque con aparente favoritismo para el Chelsea. (1-1)


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Concluyó la espera, regresa la magia

Durante 72 largos días hemos deambulado por los escenarios europeos con las competiciones nacionales -Ligas o Copas-, hemos analizado uno por uno los duelos de los cruces de Champions para calmar tensiones en la espera y hasta hemos saciado nuestras energías en competiciones tan atractivas -aunque de menor valor mediático- como la UEFA. Ahora, el sufrimiento europeo regresa y lo hace por todo lo alto porque, en Europa, todo tiene un olor especial.

Real Madrid-Bayern Munich:

Aún recordarán algunos los duelos, demasiados, que ambos 'gigantes' han disputado en su larga y dilatada historia. Nadie puede pasar por alto aquél Bayern de mediados de los 70 con sus entorchados europeos tras dejar a los blancos por el camino (o al Atlético), por todo ello el clásico está servido, aunque esta vez, pasado por agua. Los dos llegan en el peor momento de los últimos años, al menos en cuanto a juego en relación con resultados y tienen, en Europa, su oportunidad de oro.

El Bayern tiene ganado los quince días que lleva Hitzfeld trabajando para este partido, porque a Magath se le fulminó justo antes del parón por las selecciones, mientras que los blancos, con idéntico problema, decidieron aguantar a Capello. El campeón alemán llega con todo un cúmulo de identidad, falto de creatividad, ideas alejadas de lo estricto y algo de frescura en la delantera, que antaño, era lo único que salvaba las desgracias ofensivas. Por eso, se me antoja determinante la actuación de Makaay, ya que doy por firmado que Hitzfeld hará lo que sea por no recibir un tanto e intentar explotar las contras.

Está tan mal Capello y sus dudas tácticas, que si el Madrid no se estrella impotente ante el 'muro' germano, será una alegría general y un asombro personal. A riesgo de quedar mal y guiado claramente por el corazón de un español más, quiero que venzan los blancos aunque la eliminatoria la veo más cuesta arriba de lo que parece, tanto, que el italiano puede salir fulminado esta misma noche -espero que me equivoque-.

Lille-Man.United:

Es la eliminatoria con mayor trampa de los octavos. Los Red Devils llegan en pleno aluvión de rumores sobre Cristiano, con las dudas de si Larsson seguirá hasta final de temporada y con un objetivo por encima de todos, la Premier. Nadie hace ascos a la mayor competición europea, claro está que Ferguson tampoco, pero sabe que empezar la era post Chelsea por buen camino obliga a desbancarle en las islas antes que en Europa, sino, que le pregunten al Liverpool.

El Lille no tiene ni historia ni plantilla ni tan siquiera nombre para meter miedo en lo general, aunque quienes le hayan visto a menudo, saben que pueden sorprender a cualquiera. Además, el pasado año, los galos dejaron en la cuneta a los ingleses en la fase de grupos. Entonces, los de Claude Puel vencieron en Saint Dennis (donde actuaba en choques europeos) por la mínima y llegaron a octavos gracias, entre otras cosas, a su fiabilidad defensiva. Si además tenemos en cuenta que han mejorado de cara a puerta -1 gol el pasado año, 8 en este-, nada será fácil para el doble campeón de Europa.

Apuesto por un empate aunque todo dependerá de la actitud que demuestre de inicio el United, al que le imagino contemporizador.

PSV-Arsenal

Las bajas con las que cuentan los dos equipos puede trastocar, a priori, la eliminatoria más ofensiva de este martes. Koeman no sabe si podrá contar con Farfán, lo que le haría perder muchas opciones, y además Afellay es baja segura. Para los estadísticos, decir que puede jugar el chino Xiang Sun en el lateral izquierdo, si lo hace, será el primer jugador del país oriental en jugar Champions League. Wenger, quizás más acostumbrado a las bajas de su plantilla, no tendrá a Eboué, Hoyte y Van Persie, por lo que trastocará la defensa.

Los dos se han quedado los últimos años a las puertas del éxito. El PSV eliminado -injustamente- hace dos años por el Milan en semifinales y los Gunners en la final de París ante el Barcelona. Creo que va a ser un cruce de mucho fútbol, quizás el que más, y aunque el Arsenal parece a priori el favorito, yo apuesto por el campeón holandés.

Celtic-Milan:

Cuando más de 60.000 personas están enloquecidas con el amor hacia sus colores y por fin les llega la oportunidad de poder sacar esa pasión al exterior, entre todos, pueden levantar montañas. Ese gran peldaño se llama octavos de final, una ronda a la que los escoceses nunca había llegado en este nuevo formato europeo y en la que, ante todo un clásico, pueden hacer historia. Strachan, que tiene a toda la parroquia cristiana a sus pies, sabe que cualquier detalle puede ser definitivo -el apunta a Nakamura- y que, como sea, deben salir con algo de ventaja del choque de esta noche.

Pero el Milan -en el centenario de Maldini- es todo un experto en estos guisos y tal y como se avecina la temporada, no pasar el corte ante los británicos sería el punto y final inmediato a un proyecto que tiene fecha de caducidad -Julio de 2007-. Como no está Ronaldo, Ancelotti duda si usar a Ambrosini para dotar de mayor físico al mediocampo o, por el contrario, arriesgar con la dupla Gilardino-Oliveira Para intentar sorprender desde la Ida. Sea como sea, en Glasgow pueden saltar chispas.


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Se nos escapa de las manos


Vaya por delante que uno ya no sabe cómo poder explicar la situación real del fútbol actual en sus dos puntos básicos: césped y gradas.

Sobre el terreno de juego prima todo aquello que genere un premio enorme a cambio del mínimo esfuerzo, mucho más en semana europea claro. Estabilidad defensiva, tranquilidad empezando por una posesión duradera y a ritmo pausado e intentar afinar la pegada en alguno de los escasos intentos de acercamiento al área contraria. Con esos principios, en algunos casos matizados según las debilidades del rival y las habilidades propias, la mayoría de los partidos se nos van sin dejarnos recuerdo alguno, ningún detalle de que, durante noventa minutos, estuvimos esperando aquél momento de brillantez que nunca llegó.

Priman más que nunca los intereses, y lo peor, es que incluso en Inglaterra -cuna de lo culto en plano futbolístico- pretenden cambiar a base de replicar, las reglas intocables y justas de la competición más antigua del mundo. Wenger y Ferguson deberían saber, mejor que nadie, que cuando no se juega con todo, corres riesgos y con ellos, posibles situaciones inesperadas -como sus empates como local ante Blackburn y Reading-.

En España e Italia la cuestión va por peor camino. Sólo el Sevilla y el Zaragoza han dejado un mínimo de talento proporcional a lo que se espera de ellos. Mientras, el Calcio se decanta totalmente por el neroazurri de un Inter que se pasea en el peor campeonato de los últimos años, y aunque tenga razón Capello, no hay peor premio para el espectador, que el pasado Moggigatte.

Pero, al menos por mi parte, el problema a erradicar dentro de este fútbol parsimonioso de la actualidad, está en las gradas. Italia anda tras ellos -con medidas casi irrisorias- pero el problema 'grave' está en Argentina. Es una pena que cada partido que, mediada la segunda mitad, tiene color favorable a la visita, no llegue a su fin porque a la platea local le de por lanzar todo tipo de proyectiles hacia la afición visitante. Esto, nada nuevo, ocurrió en Rosario donde River se aupaba al liderato a costa de Newell´s (1-2).

Estos altercados, tras la semana más dura de los últimos años que ha valido la suspensión del Monumental de River por cinco partidos, puede ir mucho más allá y es que, si continúan estos lamentables datos de violencia sin justificación alguna, el Gobierno puede parar el campeonato -otra vez-. Desde luego, que si el civismo de la gente no reina en una cancha, terminar con el fútbol debe ser la primera medida seria a tomar, por más que nos pese a los que lo amamos desde la barrera.


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Un placer para unos pocos

Confesaré mi repudia cada vez que me siento a leer a los que se hartan de criticar la Copa de la UEFA. Adjetivos variopintos pero con un mismo interés, desprestigiar una competición histórica, hermana menor de la adorada Champions (quizás por negocios que le rodean) y en decadencia para unos pocos inconformistas.
Tuve la suerte de que, este miércoles, me tocó elaborar un trabajo que me obligó a tirar de memoria y a convencer a los que me rodeaban que la UEFA sigue siendo apreciada. Digo lo de la memoria, porque rápidamente me expusieron citar la final de UEFA que más recordara y rápidamente aposté por el Nápoles-Stuttgart de 1989, un 2-1 en San Paolo y 3-3 en terreno germano, ya que antes era a doble partido. Esta final fue un auténtico ejemplo de lo que debería ser aún hoy el fútbol, mucha vocación ofensiva, juego directo...

Con la idea de que hasta yo me había concienciado de que la UEFA puede dar mucho de sí, de hecho nunca me falla, me puse a disfrutar de lo que la tarde-noche nos ofrecía. Esquematicé horarios y con la pena de no poder ver todos los partidos, me centré en tres.

El Bay Arena de Leverkusen garantiza goles y espectáculo, no obstante, aún está por llegar un partido con 0-0, resultado que sólo se ha visto una vez en los últimos cinco años. Con esa premisa y ante el combativo Blackburn de Mark Hugues, las llegadas no se hicieron esperar. El Leverkusen llevaba el peso pero los británicos sabían esperar su ocasión. Castell-Bracker lo abría, Bentley igualaba con eficacia, Ramelow y Schneider sublevaban a los veteranos para dejar la eliminatoria enfilada, pero, sobre el final, Nonda reclamaba su sitio y dejaba todo en pie. Un 3-2 que asegura idéntico espectáculo la semana próxima.

Pero la tarde iba en aumento porque me enganché al Fenerbahce-AZ, sin duda lo mejor de la jornada. Los turcos ya no son lo que eran hace unos años, es cierto, pero su 'infierno' en las gradas sigue siendo, cuanto menos, una fuerza adictiva cuando las cosas van mal. Y así era cuando el AZ, como siempre pletórico en ataque y débil en defensa, logró colocarse con un peligroso 1-3. De Zeeuw, Boukhari, Jenner constataban que los de Van Gaal están para algo más. En esas, ante el estallido de la afición turca, el Fenerbahce, con Zico en problemas, se fue a por todas, arriesgando, ya que llegó a jugar hasta con dos únicos defensas. Tuncay y Metin lo arreglaron pero el AZ tiene todo a favor pese al 3-3 final.

Con más nombre se presentaba el duelo entre Bremen y Ajax, pero se despejaron todas las dudas que algunos podíamos tener respecto al verdadero nivel de los de Ten Cate, muy por debajo del que su nombre indica. Es cierto que la expulsión, a los 25 minutos de Linderberg era una losa enorme para sacar algo del Werserstadion, pero, hasta ese momento, sólo había existido el cuadro local. La goleada, un 3-0 final, -pudo ser mucho peor con varias contras al final- deja hundido a un clásico en serios apuros.

Por tanto, y con este panorama, creo que hoy ya no tendré que discutir con nadie respecto al interés y espectáculo que levanta la UEFA y, aunque esto va por 'barrios', desprestigio no es la palabra más idónea.

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¿Donde están las gambetas?

Volvió el fútbol grande de la Argentina como diría el gran Marcelo Araújo y lo hizo en un ambiente casi inaudito en las gradas, donde se registraron entradas que hacía tiempo no se lograban, y los típicos males, casi endémicos de un fútbol apasionado, entregado a los colores y con más garra de la que se puede ver en ningún escenario pero con la misma falta de creatividad que viene sacudiendo al fútbol europeo.

El fútbol argentino lleva ya muchos años viviendo de lo mismo, sus jugadores siguen copando puestos de enorme relevancia en equipos punteros (Cambiasso, Crespo, Heinze, Ayala) o ganando enteros a base de sus cualidades (Saviola, Diego y Gabi Milito, Aguero) son, sin duda, profesionales, con mucho más oficio y personalidad que la mayoría de jugadores pero con una faceta olvidada que viene en aumento a cada campeonato. ¿Donde están las gambetas?

El perfil del futbolista argentino básico casi por obligación siempre había sido el de un jugador con mucha fuerza tanto física como mental, afamado por su continuo desgaste pero gustoso de ser casi exclusivo en lo que se refiere al gusto por el buen toque. Maradona fue el impulsor de esta generación que casi olvida sus primeros recuerdos, los mismos que el gran Bochini le había inculcado a el. Ya no quedan muchos malabaristas y los que hay, viven a la sombra de los nuevos tiempos, esos que ensalzan la disposición de la 'pizarra' y tildan a estos pequeños cracks de arrugarse a la hora de sacar el oficio por bandera. Además, la albiceleste apunta ese mismo camino.

Riquelme ha pagado el 'pato' de sus propias cualidades en el momento en el que su club necesitaba 'otro' Roman. D´Alessandro tuvo que huir del frío germano para brillar, a medias, a puertas del Ebro, mismo recorrido que tuvo que imponerse Aimar rebotado de un esquema donde se buscan preferentemente mediocentros con llegada o delanteros con mucha movilidad, por tanto, ¿Que hay de los enganches?

Esta primera jornada ya ha valido para calibrar la calidad de un torneo negado ante el que fuera su propio estilo, oscureciendo los planteles iniciales con mucho pulmón y fuerza, como si se tratara de una lucha de mamíferos por poder darse el lujo del apareamiento y olvidando que, sin buena elaboración, las buenas acciones nunca llegarán a cuajar.

De esto bien sabe River, que fue incapaz de reconducir las expectativas generadas en verano y propuso lo mismo que lo que tenía enfrente, nada, sólo esperar a ver quien pega más fuerte. Belluschi no llegaba a organizar y Ponzio, que mantiene su sueldo idéntico al de Zaragoza, apenas soltaba una patada de vez en cuando. En esto, y sobre la hora, lo arregló Tuzzio con un gol de los que se ven en un central una vez en la vida y que refleja los males a liquidar. Boca ya había dado buena cuenta del taladro 24 horas antes pero se encontró con tantas facilidades que ni siquiera tuvo que exponer algo 'extra' ya que le valió con tener dos buenas bandas (Orteman y Nery Cardoso) para romper el marcador. A pesar de eso su imagen fue mucho más diga con mucha participación de Palacio, de los pocos que puede darnos aquellos tintes casi 'retro' que tanto se añoran.

Por tanto, recuerden de donde vienen sus mejores gestas y no nieguen a la pasión de las gradas (una vez más incontrolada y repartida por unos cuantos salvajes), el gusto por el buen fútbol que, a buen seguro, aún pervive en el recuerdo.

Fotos: Getty, AFP

Más oficio y menos... Riquelme

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Argentina logró sobre el sentimental Saint Denis -por aquello del recuerdo del 98-, una de las victorias más atrayentes y emotivas de la jornada internacional. La albiceleste mantuvo un orden táctico tremendo, lo que unido al buen desempeño en labores defensivas y a la pegada del 'pivito', en estado de gracia también con los suyos, abrió la cuenta de victorias de este nuevo proyecto de Alfio Basile, que, pese a todo, tuvo mucho de la anterior etapa de Pekerman. Allí estaban Ayala, Cambiasso, Crespo,... pero la diferencia la pone la presencia de Gago, y no hablo del madridista porque fuera el revulsivo, no, pero sí porque cambia el esquema respecto al visto con el ya nuevo jugador de Boca-Riquelme-.

Argentina tiene líneas perfectamente marcadas y con jugadores tan experimentados en el fútbol europeo, que casi no parecen argentinos, pero que mantienen la lucha y el oficio incansable de todo sudamericano que se precie. Así, Basile estuvo muy listo secando por completo las asistencias a Henry o Trezeguet, que nunca han dado el do de pecho con Les Bleus. Los dos, como más tarde Anelka o Cissé, estuvieron apagados, perdidos entre la perfección de Milito y Ayala como centrales. Hay entra una de las ideas del 'Coco', que juega con cuatro centrales atrás, los dos mencionados y Burdisso-Heinze en los laterales, cuando son centrales reconvertidos, con lo que no se gana en profundidad pero si se cierra el camino al gol.

La manija de este nuevo proyecto la puede tener Gago a partir de ahora. No desentonó en su complicado debut y al igual que Cambiasso, se mostró muy participativo, guardando la marca, presionando a Vieira y distribuyendo en la gran posesión que tuvo a su alcance el cuadro maradoniano. Ambos, Cambiasso-Gago, guardan muchos parecidos tanto en llegada como en oficio, pero el interista tiene más fe, algo que ha ganado con los años.

A su lado, dos jugadores con más recorrido, pero también casi reconvertidos a labores de contención. 'Lucho' González y el incombustible Zanetti, a quien Mancini le ha ido dando entrada en mediocampo por su experiencia y carisma, y hasta Basile parece haber entrado en ese juego. No quiere desmelenarse en ataque, pero quiere mantener la estabilidad y los dos volantes le ofrecen esas sincronización perfecta a un equipo más trabajado que nunca en este aspecto y que, sino me equivoco, recibirá muy pocos goles.

Por tanto, y ante la falta de un enganche tipo Riquelme, con mucha templanza y poco trabajo, Argentina se ajustó a expensas de la picardía de Saviola o el oportunismo de Crespo. ¿Pocos recursos?. El blaugrana apareció para asistir y, posteriormente, remachar la única jugada de verdadero peligro que el partido tuvo. Quizás una de Trezeguet al filo de la primera mitad merece también ser citada, pero una y otra vez el mecanismo defensivo del 'Coco' evidenció los males de Francia, que también tenía en el Mundial y nadie pudo aprovechar. Falta de gol y de frescura en el último pase, pero eso, ya sin Zidane, merecería otro análisis. Domenech lo sabe.

Tan claro tenía los conceptos la albiceleste, que sus cambios, aunque tardíos, proponían los mismos deberes. El 'Kun' por Saviola, Jonás Gutiérrez -debutante- por 'Lucho' y Diego Milito por Crespo. Si esta es la idea de Argentina y de un Basile pletórico tras la victoria, para los próximos años, el proyecto ha iniciado bien.


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La Dinamarca que nos espera



En un Londres más futbolero que nunca con tantas pasiones cosmopolitas cruzadas un mismo día, Dinamarca, que pasa por ser el principal rival de España en su titubeante caminar hacia la Eurocopa 2008, venció con autoridad a Australia (1-3), muy animada por los miles de aussies que habitan en la capital británica.

Dinamarca no juega al despiste, tiene un concepto muy claro y lo va a llevar hasta el final, por más que ello le suponga morir en el intento. Morten Olsen nunca ha querido jugadores demasiado estilistas y ha preferido el oficio y la velocidad para intentar llevar a los suyos a una cita europea, que tras no comparecer en el mundial de Alemania, sería un soplo de aire nuevo a una generación que, pese a que se renueva poco a poco, sigue necesitando de varios de sus componentes más carismáticos y con peso en el vestuario para dar lo mejor de sí.

En este selecto grupo están los 'veteranos' Poulsen y Tomasson, que a pesar de no ser excesivamente avanzados en edad, si tienen la batuta por sus experiencias pesadas, así se lo hace entender Morten Olsen cuando ambos, son el corazón y el gol de una selección con vocación ofensiva por naturaleza, pero con problemas defensivos que cualquier selección podría aprovechar, incluida España.


El carácter ofensivo les hace aprovechar al máximo sus extremos, donde tanto Rommedhal como Jorgensen toman prioridad máxima a la hora de arrancar por banda y buscar diagonales. Ninguno de los dos está en su mejor momento, por lo que, salvo sorpresa mayúscula como la de anoche, debería entrar al once Lovenkrands, con más gol que los dos anteriores. Al insistir en el juego con extremos, algo que desde aquí aplaudo porque es una tónica casi olvidada en el modelo actual, Olsen prácticamente olvida su mediocampo con lo que conjunta el oficio de Daniel Jensen y la sabiduría de Poulsen siempre en tareas defensivas, dejando algún resquicio a la libertad al jugador del Bremen, como el segundo tanto ante los aussies. Estas opciones de ataque deben ser culminadas casi de manera exclusiva por Tomasson, que intenta a su vez, reencontrarse en el Madrigal y que anoche saldó la noche con nota y dos goles. Y digo casi en solitario, porque el apartado goleador no tiene más nombres de cierto nombre, salvo Kahlenberg, que actúa como enganche pero al que le falta templanza.


En la zaga está, la principal debilidad de los escandinavos. Centrales corpulentos, pesados, de cierta experiencia europea pero muy lentos y con muchos problemas para sacar el balón jugado, más aún si, como debería hacer España, logra presionar a sus centrales ya sean Agger, Priske, Kroldrup o Gravgaard. Su juego aéreo es fantástico y lógicamente son potentes a balón parado, pero sus limitaciones por bajo se reflejan con claridad, como hizo Australia con numerosas ocasiones erradas pero que hicieron ver uno de los puntos negros de un combinado con mucha fuerza en el 'bloque'.

Cierto es que Olsen no puede sorprender con su sistema, o al menos no debería, aunque si España no cierra los extremos y Tomasson tiene su noche, España y cualquiera pueden tener un mal recuerdo. Si se logra, en condiciones normales, la 'Roja' debería vencer por calidad, experiencia e individualidades.




Fotos: Yahoo


Video: You-Tube


Acomodo inmoderado...


Hace un mes, la Ligue One tenía tan sólo dos motivos de entretenimiento, que no eran otros que ver quienes ocupaban a final de temporada los puestos europeos y los de descenso, como naturalmente ocurre en todos los campeonatos. En su primera plaza, esa inaccesible desde seis años a esta parte, estaba y está el súper campeón, el Lyon. Por estas fechas navideñas, los de Houllier no conocían otro resultado que no fuera positivo (excepto un tropiezo en Rennes), y tanto a nivel nacional como europeo, el panorama no podía ser más alentador.

Ahora, exactamente cincuenta días más tarde, aquél mismo equipo, con alguna baja mínima por lesión o molestias -Benzema- y con alguna cara nueva -Baros, Fabio Santos-, no es capaz de regresar al nivel mostrado y, este domingo, volvió a caer ante el modesto Troyes (1-0) en lo que es su quinto partido consecutivo sin vencer. Además, por el camino la situación ha sido aún peor, porque mientras a su alrededor se habla de mucho objetivo a largo plazo como la construcción de un nuevo estadio y, sobre todo, su salida a bolsa, el club ha quedado eliminado de la
Copa de Francia y ante el Marsella. Aunque es cierto que está en la final de la Copa de la Liga.

Seguramente sea un tramo malo, malísimo, en una larga temporada que, además, no se verá reflejado en cuanto a su condición de líder porque aún tiene once puntos respecto al Lens, segundo. No obstante, cuando las aguas bajan turbias y el plano anímico va en descenso ante los malos resultados, cualquier escollo mínimo en el camino puede terminar en tragedia, más aún si en un par de semanas esa piedra se tiñe de gialorrosso. No creo que sea un llamamiento de alerta máxima, pero, al menos, Houllier y su vestuario, ya están con la autocrítica sobre la mesa.

... pero con garantías

A pesar del pésimo inicio de año del líder, ninguno de sus teóricos rivales puede ni tan siquiera agobiarle de cerca en un campeonato muy abierto a las irregularidades.

El Lens se ha colocado
segundo por delante de un Marsella que se acostumbra cada vez más a ser un mero comparsa cuando debe dar la cara. Ayer, en el clásico ante el PSG (1-1) (que merece post aparte), volvió a declarar su condición de equipo de segundo nivel, demostrando que le falta el golpe final y necesario para sacar adelante partidos que debería sacar adelante si quiere ser parte activa del campeonato. Aunque, por otra parte, su cotidiana sensación de inestabilidad en ámbitos extradeportivos, como la llegada de un nuevo y elocuente nuevo dueño, evita el asalto final a mayores logros.

Solamente se salvó Nasri, que aunque parezca mentira con tan sólo 19 años, tiró del equipo el sólo en la segunda mitad. Ribery, multideseado y con muchas ganas de dejar el Velodrome o, por supuesto, Cissé, que a pesar del gol -sólo empujar- debió ser expulsado tras una entrada terrorífica a Yepes que terminó con el colombiano en vestuarios y terminando
su temporada en la acción más violenta que recuerdo en varios meses.

Así pues y viendo el ritmo tan pausado que traen por detrás, el Lyon quizás mantenga su condición de equipo especulador y de perfil 'bago' en el que se ha convertido las últimas semanas. Por nuestro bien, y por el propio en citas de mayor exigencia, que regrese el espectáculo.




Fotos: Propias

Desdeñando a la gentuza

Sin intención de llegar a ser pesado pero con el claro empeño en hacer justicia con el deporte que tanto nos da, sigo mi particular repudia ante lo acontecido el pasado viernes. Las consecuencias fueron catastróficas y, por tanto, nunca toleraré este tipo de 'mafiosos' que se entrometen en nuestro espectáculo.

Les dejo unas fotos clarificantes tomadas por un amigo en tan infernal situación.







Sin bengalas, ofensas y policías, creo que quedaría bastante mejor ¿verdad?. Esta tarde, espero poder colgar algo más alegre.

El derby del luto


Estaban avisadas todas las fuerzas del orden, el derby de Sicilia entre Catania-Palermo, el único en la historia en la que ambos llegaban en posiciones europeas, prometía ser una fiesta, pero, como algunos preveían, pasó a ser el espectáculo que unos pocos controlaron y trastocaron a su antojo. La desgracia recayó especialmente sobre un pobre agente policial de la ciudad, que ha resultado muerto en la auténtica batalla campal con los 'tifosi' que se vivió en los aledaños del estadio.

Mientras, el partido tenía que ser suspendido por más de 30 minutos debido a los gases lacrimógenos que desde fuera entraban al césped, donde, por cierto, se lanzaron bengalas como proyectiles contadas por decenas. El experimentado Farina, colegiado de renombre, no tuvo más remedio ya no sólo por el bochorno que se estaba viviendo, sino porque el mismo, al igual que los jugadores, estaba teniendo problemas respiratorios y de visión por la cantidad exagerada de gas nocivo que sobre el ambiente rondaba.

Las medidas, esta vez rápidas y contundentes, no se han echo esperar y este fin de semana el Calcio se paraliza, aunque ya nadie pueda devolver la sonrisa a los familiares de Filippo Raciti, que sólo cumplía con sus obligaciones. Ahora, un absoluto delincuente, le ha quitado el bien más preciado al lanzarle un artefacto a la cara. Otro compañero, está herido de gravedad.

Atrás queda, casi para el olvido, que el Palermo ha dado un paso de gigante para meterse en la próxima Champions ganando, in extremis (1-2), porque después de lo acontecido, nada puede ser más grande que una vida. El fútbol, tiene que analizar.

La Gazzetta lo ve así

Foto: Goal.com

Pederastia futbolística


Recuerdo casi 20 horas de viaje en autobús, La Mancha (Talavera)- Lyon era el trayecto que debería llevarnos al momento mágico de mi, hasta entonces, corta vida. Tenía 12 años, mucha ilusión por el fútbol y una buena dosis de empeño que nunca falta a esas edades, con eso y unas respetables cualidades con el balón en los pies, fui, junto a diez chicos más, a mi primer torneo internacional, donde acudían combinados de Alemania, Italia, Inglaterra, Suiza y Francia, por parte española, nuestra humilde expedición. Las cosas fueron bien, salimos campeones y nos ganamos el derecho a acudir un año más tarde. De nuevo entre los once convocados (era bastante suerte la mía), acudí a aquél césped artificial que llamábamos 'moqueta' para finalizar en segundo lugar y poner fin a la aventura.

En aquella época y en tan suculento torneo, no faltaban ojeadores, y alguno estuvo rondando a nuestro entrenador, pero la familia, amigos, escuela y demás cosas cotidianas en un niño de 12 años estaban en su Talavera natal, no en cualquier rincón donde el manejo del balón se pagara con dinero. Pero... ¿y si fuéramos argentinos?

En un país que, como puede, se está recuperando de la peor crisis económica de su complicada historia, el fútbol puede convertirse en el único medio de subsistencia y progreso para muchos jóvenes y sus familias. Los clubes europeos, conocedores de las necesidades extremas no necesitan demasiado para tentarlos y les vale con ofrecer una casa y trabajo asegurado para los padres, mientras el 'chico' sólo debe preocuparse por entrenar. Bastante menos necesidad tenía cualquiera de los que viajaban conmigo en el autobús.

Esta estrategia, es una práctica en su éxtasis, ya que los clubes europeos ponen sus miradas sobre 'niños' argentinos cuando llevan apenas unos partidillos en campito de su barriada. De aquél ambiente pasan al europeo. Nueva vida, cambio radical en su aprendizaje (no el futbolístico) y, sobre todo, drásticos pensamientos en una cabeza demasiado precoz para asimilar lo que se le viene encima.

El último caso, quizás el más extremo, llega con Martín Acevedo. El niño, de apenas 12 años, es un jugador de las inferiores xeneizes de Boca Juniors en el que, por suerte o desgracia, se fijó el Atlético de Madrid. Un buen amigo de su 'papá' (que aún así lo debe llamar), lo llevó a España en diciembre, donde jugó para el Atlético un torneo juvenil contra el Inter, Barcelona,... donde, al parecer, el chico mostró unas cualidades que gustaron mucho a los ojeadores rojiblancos, con lo que la oferta ya está sobre la mesa. Además de ‘engatusar’ al chico con una camiseta firmada por el ‘Kun’.

Lo peor para Argentina y, quizás para el chico, es que el padre accede completamente a cambiar (para bien) su vida y la de su familia, con lo que Boca Juniors y la propia AFA, no pueden hacer nada salvo ver atónitos como les 'roban' figuras, porque Acevedo no es la única. Trejo acaba de recalar en el Mallorca con 18 añitos sin avisar si quiera de su marcha y, hace unos meses, Emiliano Insúa, viajó con otros juveniles de Boca a jugar un torneo en Europa y allí llamó la atención de directivos del Liverpool, donde ya está entrenando.

Las autoridades argentinas están atadas ante estos negocios y la sangría va en aumento y a menores edades, dejando claro que la FIFA, debería limitar la edad.

A veces, son las propias decisiones de los clubes sudamericanos quienes dan cabida a estas ventas porque, sin ir más lejos, esta pasada noche el Blooming boliviano ha alineado al volante Diego Suárez. Al chaval, de sólo 14 años, no le han temblado las piernas ante el Santos de Luxemburgo. Ahora sólo queda ver cuanto tardamos en verle en Europa.

Fotos: Libres

 
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