Desde la prensa, pasando por los aficionados y llegando al pueblo en si, las posturas en torno a la continuidad de Luis Aragonés dividen los pensamientos.
Está claro que para muchos el "sabio" ha sido el principal valedor del ambiente de euforia y motivación respecto a los nuestros que teníamos hace apenas 2 días. Ha sido Luis quién logró enganchar de nuevo a todos los españoles en torno a un bloque, que por primera vez, si parecía tener las ideas claras, los futbolistas adecuados y el momento de juventud y experiencia perfecto para hacer algo grande en Alemania.
Fue Luis quién dijo claramente a todas las cámaras de España y pasando por todos los medios, que "Nos toca, vamos a ganar el Mundial", algo que ahora siempre se le puede tachar como prepotencia, peor en su momento logró encandilar hasta al seguidor más pesimista.
Ahora, ya con los españoles en nuestro país, y con el claro síntoma de decepción, la situación ha cambiado. Luis aragonés parece tenerlo claro, debe cumplir su palabra o al menos eso es lo que parece pensar puesto que no hay razón para no dimitir si como se le presupone es un hombre de palabra. Siempre lo ha sido. Está claro que estos "cuatro días" que él mismo nos ha dado para responder, serán claves.
Se reunirá con Ángel María Villar, presidente de la federación española de fútbol, y ambos conversarán sobre que se presupone de cara al futuro. El propio Luis suena ya para otros cargos dentro de la federación, aunque ya comentó que su futuro pasaba por seguir entrenado, no se cansa.
Continuismo o paso a un nuevo método
La principal cuestión que depararía la decisión de Luis pasa por el combinado en sí. Se sabe que hay un grupo de talento, joven y con mucho tiempo para margen de mejora, un conjunto que Luis ha motivado, ha dado los galones al grupo en general y ahora puede dejarlo a medio gas.
Si el "sabio" abandona la nave no todo estaría perdido, siempre y cuando, el nuevo seleccionador siguiera el estilo que ya se ha impuesto a la selección que ahora está en liza. España juega con balón, no sabe jugar sin la pelota, necesita un planteamiento siempre basado en el toque y en el juego de mediocampo donde están los principales argumentos para tal fin.
Pero claro, si la decisión tomada por Luis nos trae un nuevo inquilino al banquillo puede que intente meter su sabia nueva. Supongamos que el elegido es un técnico que prefiere el juego a la contra, o muy a la defensiva, o simplemente cree que a la selección le faltan otro tipo de jugadores y desbanca la actual "camada", nunca se sabe como podría terminar el asunto si una nueva cara ocupa el lugar del "sabio".
Así pues, la última palabra la dará Millar en conjunto a Luis. Quizás debería dimitir, su palabra le lleva a cuestas a esa decisión aunque si el proyecto es bueno, lo mejor sería pensar en el continuismo. España no puede seguir perdiendo el tiempo con experimentos y si este mismo bloque, con unos cuantos retoques, llega a la Eurocopa en 2008, ya se verían los primeros resultados de la confianza depositada en Luis Aragonés.
Si comenzamos de cero, puede que el varapalo que hemos sufrido no sea el mayor ante lo que nos espera.