Nos vamos a Mónaco. El Luis II va a ser recordado históricamente por la hazaña sevillista. Llegaba el Barcelona como una apisonadora, ganando de calle la Supercopa de España ante el Espanyol, divirtiéndose en una vuelta que nunca se debió jugar, retando a sus rivales, gozando de su estado ante el Bayern en el Gamper y cuando se avecinaba otro título para seguir reenganchando a afición culé...surgió Juande.
El Sevilla, honradez y trabajo aparte, se mostró muy bien colocado, juntando las líneas perfectamente, armándose de paciencia cuando no tenía el balón y saliendo a la contra perfectamente para abrir espacios. Constates apoyos, ayudas defensivas, presión a la salida de balón del Barcelona, Juande conocía todos los entresijos de un equipo que juega siempre igual y que puede llevarse un repaso como el del viernes si se le coge la medida, algo, por otra parte, complicadísimo.
Necesitó el Sevilla rentabilizar todo lo que hacía sobre el césped. Kanouté debía bajar pelotas y profundizar con Luis Fabiano, también defender a balón parado por su enorme estatura, Poulsen tenía que cerrar a Xavi y a Deco, primero con la ayuda de Renato y después con la de Martí y por último, la defensa con Javi Navarro a la cabeza, no podía ser expeditiva y evitar recular demasiado. Todo salió y además un gol tempranero vació al Barsa, que cuando respiraba se llevó el segundo manotazo antes del descanso. Mis aplausos para Juande Ramos y por su trabajo.
Lo mismo podría decir para Spalletti, no me alejaría mucho de la realidad si le considero el mejor técnico del Calcio. Este sábado, Inter y Roma se jugaban la Supercopa de Italia y las dudas acechaban... ¿Cómo jugar a un Inter repleto de estrellas, en su estadio y con un título en juego?
El técnico romano lo había pensado 'casi' todo. Colocó a Totti arriba con total libertad, no como punta, sólo como hombre de marca y siempre como apoyo. Taddei y Mancini trabajando y abiertos en banda, Aquilani y De Rossi destruyendo aunque el primero llegando mucho a posiciones peligrosas, y al igual que el Sevilla, intentar que la defensa no reculara en exceso... fue esto lo que no consiguió.
La Roma se puso en 35 minutos con un 0-3 en San Siro, obra de la movilidad de todo un 'equipo' y de una plantilla que cree verdaderamente en el planteamiento de su entrenador. Mancini anotó el primero y el joven Aquilani, en dos jugadas maestras con Totti, lograba los dos siguientes.
El Inter estaba muerto, pero saltó el corazón, la garra y las individualidades interistas, justo lo que no tenía la roma y lo que no aprovechó el Barcelona. Primero vieira en un gol clave sobre el descanso que daba moral suficiente para afrontar el resto del choque. Pero el Inter se diluía y no pegaba hasta que apareció Crespo, llevaba 1 minuto en el césped y colgaba en 2-3, todo se venía abajo y la defensa romana ya se metía con Zotti bajo palos, pagando ése físico que sí tuvo el viernes el Sevilla, era sólo cosa de esperar.
Más allá de que Vieira, y Figo (ya en la prórroga), dejaran el título en Milan, los de Mancini demostraron tener el mismo juego que siempre, o sea ninguno, pura suerte a las individualidades, que este años son más y de mayor fiabilidad, y a esperar a que surja algo. Corazón sí, pero partío. Bagaje suficiente para el Calcio, pero dudo que para Europa.
Aplausos para Juande y para Spalletti. Igual manera de ver el fútbol, pero esta vez, resultados distintos...suerte.