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Gisela Oeri: La dame président

“La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres”. Esa frase tan escandalosamente machista, no pertenece a ninguno de los desgraciados que ocupan gran parte de los sucesos cotidianos de nuestro país por la violencia de género. El autor es un tal Aristóteles, que puso la primera piedra en contra del sector femenino. Esa barrera contra la que han luchado las mujeres a lo largo de la historia, hizo un flaco favor a un sector que hoy en día, salvo casos aislados, se ha ganado a pulso la igualdad demandada.

Afortunadamente, la diferencia entre sexos es nula. Diría incluso que han logrado algo que era imposible de preveer no hace demasiado tiempo porque hoy es fácil encontrar una ministra, una empresaria e incluso una presidenta de algo tan masculino como el fútbol. Sí, el deporte patrio para cada ‘macho’ planetario ya no es movido íntegramente por aquellos que lo veneran domingo a domingo desde tiempos ancestrales. Vemos jugadoras, árbitros, asistentes, entrenadoras e incluso presidentas, que se han rebelado contra la naturaleza de un deporte que les apasiona y con el que se sienten tan identificadas como el que más. El ejemplo más cristalino y profundamente profesional lo plasma Gisela Ori.

La dame président, como se la conoce en cada esquina de la preciosa Basilea, ha seguido los pasos de otras señoras de armas tomar como Teresa Rivero o Ana Urquijo. Su caso, sin embargo, destaca sobre sus antecesoras pues Ori se pasea por toda Europa después de haber levantado al club de sus amores, al que hizo campeón durante sus seis años como vicepresidenta. Accedió al cargo en 2006 y, desde entonces, intenta que las raíces helvéticas se extiendan por el continente, una complicada labor que compagina, como puede, con sus obligaciones naturales. Las de toda madre de familia.

Está casada con Andreas Oeri, la familia que controla la empresa farmacéutica Roche. Ella, sin embargo, estudió fisioterapia y lo compaginó con su otra debilidad, los peluches (es una mujer al fin de al cabo), ya que en 1988 abrió el Museo de Muñecas, donde se encuentra la mayor colección de Europa de ositos de peluche. Es una mujer fuerte y dinámica, que en su juventud fue gimnasta. Esa importancia por el deporte la llevó a comprender y amar el fútbol por lo que, pese a ser alemana, quiso invertir en el FC Basilea.

Gisela, cuyo pelo rubio ya hemos visto en estas noches de Champions, es multimillonaria, tal y como aseguran sus más de 20 billones de dólares. Tiene una productora de cine, es propietaria de un gimnasio, patrocina varias empresas en contra de la violencia en los estadios de fútbol e incluso ha sido capaz de plantar cara a los radicales de su entidad, a los que intenta impedir la entrada al Saint Jakob-Park. Además, negocia todas las cuentas del club, realiza contrataciones, ajusta a su personal y viaja inseparablemente junto a su equipo. Tanto empeño pone que incluso se metió en la bañera de su vestuario a celebrar el último título de su equipo.

Si nada lo evita, la presidenta más famosa del mundo tiene dos noches más para disfrutar con el “We Are the Champions”, una canción que no entiende de sexos, sino de pasiones. Ori es la mejor excusa del feminismo para gritar a los cuatro vientos que Aristóteles, ese pensador que repudiaba con buenas palabras a las mujeres, era tan sólo un bocazas. Un simple bocazas.

Penaltis, confianzas y sorpresas

Extraña, con sorpresas y apasionante en algunos momentos puntuales, la cuarta jornada de la Champions ha dejado mucho detalles. El Atlético de Madrid ha mostrado su cara más competitiva en un escenario mítico y de grandes citas como Anfield, que hubiera conquistado de no haber sido por un inexistente penalti que el colegiado quiso otorgar a los Reds en el descuento (1-1).

El gol de Maxi pero, sobre todo, la sabiduría de un equipo que ha crecido como la espuma cuando se escucha la musiquilla europea, merecieron mejor premio que el que el destino le tenía preparado. Aguirre trastocó sus planes, dejó al ‘Kun’ en el banquillo y pobló su mediocampo buscando mayor presencia e ideando un plan que tapase las llegadas de Gerrard y el control de ‘nuestro’ Xabi. Decepción final pero muy buenos apuntes para el futuro.

En el Camp Nou sólo podían darse dos resultados. Uno que volviera a mostrar la diferencia abismal entre Barcelona y Basilea a base de goles y recalcando el buen momento que viven los azulgrana o, por el contrario, uno que enterrara de un chispazo todas las euforias desmedidas que han rodeado estos días a los de Guardiola. El 1-1 habla por sí solo.

El propio Pep señalaba al final del partido que han reflejado “lo difícil que es ganar”, reflejando así la excesiva confianza con la que afrontaron sus jugadores el partido. Además, los canteranos como Busquets, Víctor o Bojan, han dejado pasar una oportunidad casi única para que nadie echara en falta a Messi, Eto’o o Xavi, que salieron para salvar un partido que se les acabó enquistando con el golazo de uno de los chicos con mayor futuro del continente, el prometedor Derdiyok.

En el resto de la jornada destaca la reactivación de la Roma ante el Chelsea (3-1), que abre el grupo mucho más tras la victoria del Burdeos en terreno del Cluj (1-2), así como el espectáculo del Anorthosis ante el Inter (3-3) en uno de esos partidos que sólo la Champions puede otorgarnos. Ketsbaia y los suyos, como tantas veces avisamos, han demostrado que si están entre los más grandes del continente es, desde luego, porque así lo merecen. El golazo de Vucinic tras recorrer más de 60 metros, el estrepitoso fallo de Burdisso o la goleada inesperada del Panathinaikos ante el siempre alocado Bremen (0-3), dieron un toque especial a un martes que ya ha metido en octavos al Barcelona y al Sporting Lisboeta gracias a la victoria lusa ante el Shakhtar (1-0).

Su primera noche Champions

La Champions League es la reina madre de todas las competiciones a nivel de clubes. Su entorno, su musiquilla, la expectación que levanta a cada paso, no tiene parangón y, sin ninguna duda, en ella juegan los más grandes del planeta. Esta noche arranca una edición con muchísimos detalles pues hay equipos modestos que han surgido entre los ‘gigantes’ continentales reclamando un lugar que bien merecen por su trabajo y descarada insolencia.

La jornada inaugural será histórica para ‘novatos’ como el Bate Borisov, el Cluj o el Zenit, pero también para otros no tan habituales como Basilea y Shakhtar Donetsk. Suizos y ucranianos representan como pocos los esfuerzos que la UEFA les interpone pese a ser campeones en sus respectivos países, una losa que, en ambos casos, superan con seriedad, profesionalidad y juventud. Ambos son equipos potentes en sus fronteras, ideales para que los jóvenes con ambiciones de crecer a nivel europeo logren brillar y reclamar una oportunidad al primer nivel. Esa meta la encarnan a la perfección dos de los más prometedores delanteros del momento, Eren Derdiyok y Marcelo Moreno.

Derdiyok, de orígen turco pero natural de Basilea, es la mejor apuesta de futuro de Suiza y así lo lleva evidenciando desde que con sólo 16 años debutara en la Superliga helvética con el Young Boys, uno de los clubes que mejor trabaja sus categorías inferiores. Su aparición fue a mitad de campaña pero no se movería del once titular hasta el final de la misma puesto que sin llegar a la veintena, sumó diez goles que lo alzaron al primer plano. De allí pasó a las inferiores de la selección suiza donde sumó 14 goles en una docena de partidos (con la Sub 17 y la Sub 21).

Antes de su confirmación definitiva, Derdiyok aceptó la propuesta de uno de los equipos con más fuerza del país, el Basilea, donde pasó un primer año negro por su falta de minutos hasta que logró ganarse la credibilidad de la hinchada Bebbi con trece dianas hasta la fecha. Una de ellas, la conseguida hace unas semanas ante el Vitoria de Guimaraes en la fase previa, les mandó directamente al bombo europeo tras un partido disputadísimo (2-1 con remontada suiza). Valentin Stocker, compañero en al dupla en algunas ocasiones, lleva el mismo camino con 19 años.

A sus 20 años recién cumplidos, tras haber debutado con la selección absoluta en Wembley donde logró un gol y ya como internacional fijo tras su presencia en la Eurocopa, donde fue el jugador más joven, Eren tiene esta noche (si unas molestias musculares que arrastra no lo impiden) su primera cita Champions. Su velocidad, corpulencia (mide 1,89) y calidad, son la esperanza para un fútbol en progreso y para un equipo, el de Christian Gross, capaz de dar el susto a más de uno en su precioso St.Jakob Park.

Sobre el mismo escenario, con el mismo objetivo persuasivo de hacerse notar pero del bando contrario, estará Marcelo Moreno. Curiosamente, como su rival, el potente delantero boliviano tiene orígen brasileño e incluso disputó varios partidos con las inferiores de Brasil antes de decantarse por el conjunto de Erwin Sánchez, donde es y será la gran atracción. La exigencia de ser el 9 de la ‘canarinha’ y su raíz boliviana le bastaron para decidirse por los Altiplánicos.

Allí empezó su trayectoria en el singular Oriente Petrolero, donde pronto se destacaría llamando la atención del fútbol brasileño. Por su corpulencia, potencia de disparo (su gran cualidad) y capacidad para bajar balones, Marcelo Moreno no parecía ajustarse al perfil de delantero capaz de ganarse el respeto del Brasileirao pero primero en Vitoria y después en el Cruzeiro, logró despaparse con un as de futuro con más de 40 goles y una participación estelar en la pasada edición de la Copa Libertadores.

Como sucede con muchos de los grandes proyectos de cracks que originan los equipos sudamericanos, la necesidad económica llevó al cuadro Raposa a vender y tras varias ofertas interesantes de primer orden, el jugador se decantó por la del Shakhtar ucraniano. No era la más atractiva en lo deportivo porque la aclimatación (ha disputado cuatro partidos y aún no ha marcado) es más dura de lo normal, pero sí le llenó los bolsillos porque de los 14 millones que pagaron los de Mircea Lucescu, más de la mitad fueron a parar a sus bolsillos y a los de su agente.

Dos grandes puntos de atención para una jornada inaugural de la Champions que les ofrece la mejor recompensa a su prematuro éxito y les abre las puertas del trono europeo. No les perdáis ojo.

Los 'infiltrados' de la Champions

Son campeones, líderes en sus respectivos países y en muchos casos, auténticos dominadores en sus campeonatos hasta el punto de sostener la base del deporte rey entre sus paredes. Sin embargo, cuando se abren al continente, sus debilidades son enormes, suelen ser goleados y severamente castigados por la UEFA, que les condena sin pudor con un formato de competición que reduce al mínimo sus opciones de éxito. Por ello, cuando tras eternos sufrimientos y fases previas, logran lo inesperado y meten la cabeza entre los ‘gigantes’ europeos, no queda otra que aplaudir hasta la saciedad y dar gracias a que dentro de este fútbol tan mecanizado, aún existe premio para la modestia.

La última fase previa a la Champions League ha dejado más sorpresas que nunca, sobre todo tras la autarquía dominante en las últimas ediciones. La perseverancia ha logrado entrar en escena y varios han sido los clubs que se han ganado un lugar en el sorteo de este jueves, lo que viene a demostrar, una vez más, que dentro del nivel medio del fútbol europeo existe una tremenda igualdad y que los teóricamente inferiores, han ganado en consistencia para reducir considerablemente la distancia. El resultado será, desde luego, una Champions mucho más cosmopolita de lo habitual y, sin olvidarnos, una UEFA de gran nivel porque los que se quedaron en el camino tendrán allí una segunda oportunidad.

Quizás la mayor de las sorpresas de la noche europea la generó el Anorthosis chipriota que, en un cruce de máxima rivalidad ante el temible Olympiacos, demostró una entereza desconocida hasta ahora y aguantó (perdió 1-0) el resultado de la Ida (3-0). El campeón griego, con Ernesto Valverde en estado de shock (desde 1997 no se quedaban fuera), no fue capaz de romper el buen trabajo de los hombres del georgiano Temuri Ketsbaia (aquel mediapunta calvo que jugó en el Newcastle en los 90).

Puede parecer una utopía pero cierto es que el campeón del islote mediterráneo (uno de los, que suma trece campeonatos y diez copas, se había tomado muy en serio su asalto europeo, como demostró en la fase anterior, cuando eliminó al Rapid de Viena. Para este mito, ya que es la primera vez que un equipo chipriota entra en la fase final de la Champions, los de Larnaca ficharon al veterano central griego Dellas y al trotamundos Savio. El brasileño, que estaba jugando en el equipo de su barriada, el modestísimo Desportiva Capixaba, ha pasado de las categorías más bajas de su país, a la Champions. Se les unen algunos conocidos como Paulo Costa, el francés Bardon, el goleador Sosin o, desde luego, el héroe de la noche ateniense, su portero albanés Beqaj.

Otro epicentro se situó en el arcaico Horodskiy Stadium de Borisov, que celebró con un lleno hasta la bandera que no superaba los 6.000 espectadores, la primera participación de un equipo bielorruso en la Champions League (ya era un record haber sido el pionero nacional en acceder a esta tercera fase previa). Cierto es que el cruce del Bate Borisov ante el Levski de Sofía fortaleció sus opciones pero tras igualar (1-1) en suelo búlgaro, las expectativas crecieron y el sueño, con expulsiones y sudores jamás contados, se concretó.

El campeón bielorruso, que ya se ganó el respeto de muchos cuando eliminó al Anderlecht en la ronda anterior, es un modesto donde los haya pues apenas tiene 25 años de vida. Ha ganado cuatro campeonatos y su mayor éxito fue el ‘doblete’ de 2006. Sin embargo, tras dejarse notar por la Copa de la UEFA, su salto ha sido definitivo e inesperado, ya que el bloque de Goncharenko es un colectivo sin estrellas, con varios internacionales bielorrusos como Radkov, Bliznyuk o el joven Mirchev como los más queridos y sin apenas recursos financieros. Un auténtico milagro que ha necesitado algo más que trabajo para asomarse a la élite.

Algo más previsible por la eliminatoria pero no así por su presencia continental, es la clasificación del Aalborg danés, que a pesar de sus 123 años de vida, sólo cuenta con tres SAS danesas en su haber. El campeón escandinavo, que ya participó en la fase final en 1996, se convierte en el primer equipo de su país en lograr esa meta en dos ocasiones. Su técnico, David Bruce, un inglés curtido en mil batallas en las islas antes de recalar en Jutlandia, acaba de recalar en el equipo y aunque el estilo directo y físico será difícilmente alterable, ya ha logrado el mayor de los éxitos posibles tras eliminar al también heroico Kaunas.

Dos goles de Risgård sentenciaron la eliminatoria (0-2) de un equipo que sólo ha ganado uno de sus cinco primeros partidos del campeonato danés. La nota creativa y diferente la pone el brasileño Caca, la experiencia Beauchamp, Bogelund o Johansson y el futuro el joven delantero Schwartz o el llegador Enevoldsen. El fútbol escandinavo merecía un representante.

Más allá del Steaua (que dejó al Galatasaray) y el Dinamo Kiev (que goleó con facilidad al Spartak), a nivel personal destacaría la clasificación del Basilea suizo, que en un choque de ligas de segunda fila ante el Vitoria de Guimaraes luso, acabó llevándose una victoria justa en un gran partido que, pese a todo, dejó polémica con un gol legal a los visitantes en la recta final. Ya en la Ida el empate sin goles prometía igualdad y sólo el prometedor (y debilidad) Derdiyok, fue capaz de romperla. La juventud helvética también tendrán su momento de gloria.

Así pues, la Champions 2009 dejará un nuevo campeón, nuevos protagonistas y un sin fin de euros que, por primera vez en muchos años, estarán mejor repartidos que nunca entre las ‘clases bajas’.

La Superliga de los 'infartos'

La Selección Suiza dejó escapar esta pasada Eurocopa una de las mejores oportunidades para hacerse notar. Tenía a su público entregado por la causa, un bloque de jugadores jóvenes con aspiraciones y el impulso de todo anfitrión en un torneo continental. La ocasión quedó en el camino y el trabajo empezará ahora desde cero con Hitzfeld. Sin embargo, el buen momento que atraviesa la Superliga Suiza (siempre dentro de sus exigencias y límites), invita cuanto menos a confiar en que los resultados llegarán tarde o temprano en base a un trabajo bien organizado desde la raíz.

El campeonato helvético que arranca este viernes, ha sido apasionante las sus últimas campañas, reflejando una equidad incomparable entre equipos con similares objetivos y con mínimas diferencias en lo económico. A diferencia de otros campeonatos de corte similar, no existe aún un magnate que haya querido explotar en beneficio propio toda la pasión que genera el fútbol que en Suiza, aún está a años luz de ser el deporte rey.

Hace tres años, Basilea y Zúrich llegaron a la última jornada con el campeonato en juego. Los capitalinos dependían de sí mismos para salir airosos y sumar la que hubiera sido su tercera corona consecutiva pero un gol de Iulian Filipescu, mandó el título al rival, que pudo levantar el trofeo tras 25 años de extensa demora. Fue en el tiempo de descuento y lo imprevisible se transformó en violencia con cientos de hinchas basilenses sacando a relucir sus peores galas. En este Zúrich estaban, entre otros, Margairaz (ahora en Osasuna), Rafael o Lucien Favre (ahora técnico del Hertha).

Apenas un año más tarde, la emoción de volvió a repetir puesto que el Zúrich y el Grasshoppers, rivales irreconciliables, se enfrentaban por el título en la jornada final. Un clon de lo anteriormente vivido que volvió a quedarse en manos del ‘Zuri’ y que reflejó la equidad incomparable que sacude cada campeonato en tierras helvéticas.

El actual campeón es el Basilea, que defenderá título en una campaña llena de novedades. La principal de todas ellas está en un ‘novato’ como el Vaduz, que pese a pertenecer a Liechtenstein, logró ascender el pasado año y será debutante en la máxima competición suiza. Todo un logro para los Residenzler, que suman 38 títulos coperos en su país. Otro aporte singular lo da el Bellinzona, que debido a su cercanía con Italia (procede del Cantón de Tesino), tiene en su plantilla a más italianos que suizos y acaba de ascender.

Falto de grandes estrellas, la Superliga Suiza vive de aquellos jugadores que quieren dar un salto a un campeonato de mayor nivel o, por el contrario, de los que regresan tras haber probado suerte. Los principales protagonistas son sudamericanos, tales como Portillo (Young Boys), Costanzo (Basilea), Vergara y Silvio (Zúrich) o Bobadilla (Grasshoppers). También hay acento español con Vallori (Grasshoppers) y Varela (Young Boys). Las estrellas locales son Jakupovic, Cabanas, Streller o el jovencísimo Derdiyok.

Así pues, todas las cartas sobre la mesa para un campeonato alegre, lleno de vitalidad, anécdotas y pasión que poco a poco fabrica jugadores rumbo a los grandes escenarios. Zúrich, Basilea y Grasshoppers son los claros candidatos a la victoria final que, para no variar, se antoja tremendamente disputada.

 
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