El ‘Red and Blue’ de Ferguson

El peso de quien siempre se ve rodeado de títulos y venerado por la gran reputación que cada uno de ellos otorga, es difícil de soportar. Con casi setenta años a sus espaldas y tras haber paseado con brillantez por cada banquillo del Reino Unido durante la mitad de ellos, Alex Ferguson sigue dando lecciones maestras a aquellos técnicos que se tachan de revolucionarios en tiempos de cólera futbolística. Recibe ataques desvergonzados, críticas de aquellos a los que está cansado de batir y se le coloca fuera de las corrientes vanguardistas del fútbol moderno. Todos los no ‘devils’ quieren enterrarle.

Así, en plena ‘guerra’ dialéctica con uno de esos reformistas (Rafa Benítez) y citándose en el partido más importante de la jornada con otro de ideas innovadoras (Filipe Scolari), el escocés demostró todo su potencial táctico en un singular cambio de cartas que le bastó para dar un golpe sobre la mesa. Una jugada a dos bandas, la de silenciar al grupo de opositores que quiere ocupar su trono. Fue ‘Red and Blue’, la jugada que puede cambiar el campeonato.

El Manchester United no empezó nada bien la temporada y tras varios resultados dubitativos que coinciden con la lesión de Ronaldo, lesiones defensivas y el fichaje tardío de Berbatov, el equipo pronto quedó rezagado ante el ritmo del Liverpool. Sin embargo, pese a ser el club que más cargado tiene el calendario por las complicaciones del Mundial de Clubes (donde le dio tiempo a ser campeón del mundo), su mejoría ha sido notable en los dos últimos meses y ahora vuelve por donde solía. Una plantilla sólida, la aparición de ciertos canteranos con mucha proyección y las cualidades técnicas de un bloque compacto, vuelven a colocarle como principal favorito. La mano de Ferguson está, claramente, por encima de todos esos análisis.

Al menos esa lectura se entiende tras un fin de semana donde el Liverpool frenó su línea en el Brittania Stadium ante un aguerrido y afortunado Stoke (varias acciones salvaron a los Potters). Y es que las Navidades no han dejado mucho optimismo a su paso por Anfield, desde donde Rafa Benítez sigue mandando misiles intimidatorios rumbo a Old Trafford. El objetivo es Alex Ferguson y, sobre todo, el United, al que el español reconoce como máximo candidato y al que quiere desestabilizar bajo cualquier concepto. El madrileño cree que los mancunianos están “asustados” por el nivel Red y se dedica a desfragmentar en los últimos días (como si de una serie policíaca se tratara), cada uno de los aspectos de una supuesta mafia arbitral dominada por Alex Ferguson. Hoy, por ejemplo, ha atacado al consejero delegado. Al tal David Gill, le acusa de ser el mandamás de la federación inglesa. Rafa vuelve a superarse, desde luego y Torres parece seguir el mismo camino.

Intentando omitir cualquier aire que pueda obstaculizar su tremenda progresión, el Manchester United sigue a los suyo, es decir, a buscar cuanto antes el liderato. El Chelsea proponía, como era evidente, un choque muy físico, lleno de brega y donde los detalles marcarían el resultado final, que volvió a reflejar la imponente entrega de un equipo armado hasta los dientes. Scolari, otro que quería imponer su ley en territorio Premier, volvió a ceder ante los grandes y asume que tendrá que sudar para prolongar mucho más su estancia en Bridge. Un simple cambio de piezas que nadie esperaba trastocó el guión y facilitó las ocasiones locales hasta que la lógica del fútbol ofensivo impuso su ley.

Esa ley mancuniana que golpea con brillantez nació en dos británicos: Giggs y Fletcher. Ambos, que en condiciones naturales habrían sido suplentes de Carrick, Scholes o Anderson, ya habían recibido órdenes previas (desde las dos últimas semanas tal y como ha confirmado Ferguson) sobre su labor específica para dicho partido. El escocés, incansable y batallador, lo destruyó absolutamente todo mientras el galés generaba y repartía clases de inteligencia a cada pase. Un dúo con el que nadie contaba y que incluso yo mismo puse en duda de inicio al entender que Ferguson estaba adaptando su plan al de sub homónimo brasileño.

Yo caí pero no fui el único, porque Vidic, Rooney y Berbatov aleccionaron a todos aquellos que buscan por las buenas o por las malas ensuciar el nombre de quien no pueden batir. El United vuelve con todo, con más pólvora que nunca y con un nuevo reflejo de la categoría de aquél que brilla en su banquillo. Ferguson sigue en plena forma.

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