Por Francisco Ortí (Colaborador El Enganche)
El humor es un arte subjetivo. Un mismo chiste dependiendo de los interlocutores y las circunstancias puede provocar una bandada de risas o el más absoluto de los silencios. Si Groucho Marx dice que la principal causa del divorcio es el matrimonio se le considera un genio, en cambio, si lo hubiera dicho George W. Bush no sentaría tan bien e incluso provocaría cierta alarma por reafirmar su ya demostrada incompetencia.
Menos subjetivo -aunque no soy amigo de los prejuicios- es que existen zonas "más graciosas". Cuanto más al sur, más graciosa es la gente. Por esa regla de tres, los nórdicos no serían un derroche de humor. Teoría que quedó demostrada con la "broma" que ideó el Rosenborg para afrontar el partido de UEFA ante el Valencia.
Los de Tronheim, con buena intención pero mal gusto, desarrollaron un curso de castellano a través de su página web (www.rbk.no) en el que el delantero uruguayo Alejandro Lago pone en duda la masculinidad de los jugadores del Valencia.
"La defensa del Rosenborg es como una pared viva contra los delanteros maricones del Valencia" o "Los jugadores del Valencia son chiquillas que no soportan grados bajo cero" son algunas de las instructivas lecciones que tan graciosas debieron parecer en Noruega como mal han sentado en España.
Conscientes de su error, el Rosenborg pide perdón a los cuatro vientos, y lo hacen, curiosamente, con bastante gracia. Según ellos, no conocían el significado de la palabra maricones y en realidad querían decir cobardicas, algo que resulta cuanto menos curioso si tenemos en cuenta que el interlocutor era un uruguayo, y, por lo tanto castellano parlante. Al menos, hay que agradecerle al Rosenborg su intento por hacer algo diferente, y esperar que estén tan acertados sobre el césped.
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