La tierra del considerado más grande de la historia del fútbol lleva años buscando un sustituto. La maquinaria en los potreros argentinos es inagotable y bien que lo agradece el necesitado mercado de traspasos, que sigue reflejando una facilidad innata para crear cracks y, desde luego, para mandarlos en tiempo record a Europa. Los nuevos valores albicelestes, los que ya han logrado el último Mundial Sub 20 o las recientes Olimpiadas de Pekín 2008, no escapan a esa ingenua comparativa con Maradona.
Ese test sin finalidad concluyente al que parecen obcecados desde Argentina, se ha ido reestructurando con el paso del tiempo porque, como la actualidad puede dejar patente, el perfil de las nuevas estrellas albicelestes también ha cambiado notablemente. De la fuerza y corpulencia de Kempes, Batistuta o Crespo, se ha pasado a una especie de atacante que reúne un gran número de cualidades en un tamaño mini. Inteligentes, con una capacidad de desequilibrio explosiva, una calidad técnica depurada y, en muchos casos, bien acompañada de una actitud trabajadora, completan la silueta del nuevo crack argentino. Son los ‘barriletes’ del Siglo XXI.
Sergio Agüero: La gran perla del Rojo de Avellaneda está por fin, ante su gran año. Es la estrella del proyecto colchonero, triunfa en el Calderón y llama a las puertas de Europa con un arranque de Champions sencillamente espectacular.
Personalmente, creo que la mano de Aguirre ha sido clave en su crecimiento porque nunca quiso presionarle cuando llegó como un juvenil y ahora lleva los galones cuando el otro ‘niño’, Fernando Torres, voló del universo rojiblanco. El ‘Kun’ ya triunfa con la casaca albiceleste, ha sido el precursor de los últimos títulos en categorías inferiores de su selección y está condenado a levantar el deseado Jules Rimet. El crack del momento y un potencial balón de oro en breve.
Mauro Zárate: Cuando hace tres campañas hablé de el por primera vez en un artículo para la prensa sudamericana, ya mostré mi admiración ante la variedad de alternativas que ofrecía a Vélez, siempre trabajador con su prolífica cantera. El menor de la legión de los Zárate, reúne una exquisita calidad técnica y es un pasador sublime, lo que le ha bastado para tener a toda la Serie A a sus pies.
Como muchos jóvenes argentinos (fue el autor del gol definitivo en la final del último Mundial Sub 20) mal aconsejados por la locura de los dólares en un bolsillo con ganas de marcha, se equivocó al aceptar hace más de un año una oferta del fútbol árabe (el Al Saad tiene aún sus derechos) para salir de su país. Acabó desesperado, probando en la Premier con un Birmingham en el que sólo tuvo presencia al final de campaña y deseando tener consistencia. El nuevo Lazio y su tándem con Pandev lo han colocado en primera línea y hay cuerda para rato.
Ezequiel Lavezzi: Con el mismo carácter rebelde de sus compañeros de ‘quinta’ (tiene tatuado el escudo de Rosario Central pese a que no ha jugado jamás en los canallas y sí en sus rivales), el Pocho se ha ganado con sacrificio y trabajo un lugar en el fútbol europeo.
Ni Boca Juniors ni Genoa vieron en el a un futuro crack y lo dejaron escapar en sendas ocasiones por suerte para San Lorenzo y, sobre todo, para un Nápoles donde ahora triunfa. Acompañado de su compatriota Denis, Lavezzi es el ídolo napolitano por sus arrancadas en velocidad, su descaro, potencia y habilidad, algo que, jugando además en el cuadro sureño, ha hecho evocar las tardes plácidas del Pelusa.
Carlos Tévez: Ídolo de masas en Boca Juniors, polémico pero efectivo en Corinthians y batallador incansable en Old Trafford, el Apache se ha ganado todos los elogios disponibles para un delantero de la nueva hornada.
Gladiador consumado por su capacidad de trabajo por el bien común, Tévez ha dejado de ser el centro de atención para aclimatarse al campeón de Europa (más allá de su alto precio) con honores. Desequilibrante, experimentado, listo y con un carácter que sólo Ferguson supo domar, el actual delantero albiceleste ha progresado mucho más de lo que nadie pudo esperar.
A ellos, evidentemente, se les une con mucho más cartel Lionel Messi y con un camino ligeramente más largo por recorrer, Di Maria, Buonanotte o Lautaro Acosta. Todos ellos cumplen el perfil que demanda el fútbol actual, una mezcla perfecta entre calidad y trabajo que cada día gana más adeptos en las principales plazas europeas.
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