Euro 2008: Escalas, ojos azules y casitas de ensueño

Primero Viena con una brisa de ilusiones y después Innsbruck, con una pequeña llovizna que nos refrescó la mente después de tantas horas de ausencia de sueño, se abrieron ante los ojos que esperan disfrutar en una Eurocopa que ya ha empezado para nosotros.

El viaje fue largo por las dos escalas y aunque el susto que nos llevamos a la hora de alquiler un coche propio para toda nuestra estancia (esperamos que mucho con la ‘Roja’), fue de los que te quita el ‘hipo’, aguantamos el tipo y pusimos rumbo a nuestrro querido hotel.

Mayrhofen, una localidad absolutamente encantadora incrustada en mitad del corazón de los Alpes, nos ha engatusado con sus calles estrechas, sus caminos de ‘paseo’, un teleférico llamativo sólo con mirar por el balcón y, desde luego, una casita de madera desde la que escribo con toda la ilusión del mundo. Austria parece llena de chicas con ojazos azules (cabe destacar la azafata del vuelo hacia Innsbruck) y de hombres ejecutivos con gabardina y aspecto de hermano menor de Ottmar Hitzfeld.

Por ahora poco más que apuntar, sólo que ya por fin mañana toca acercarse a visitar a España tras su regreso de Santander, donde ha dejado una imagen muy dubitativa, aunque propia de estos amistosos insalubre. Un pírrico 1-0 ante USA.

Un abrazo y mañana más.