El súmmum de la ‘Roja’

24 años de espera son muchos, pero sobre todo, demasiados para un país y un fútbol que han dado tantos buenos ratos al continente europeo. España sólo necesitaba quitarse la careta, la que le hacía empequeñecerse en momentos de angustia, la que escondía sus atrevimientos en citas de primer nivel y, en definitiva, aquella que alimentaba fase final a fase final, el mal fario que un día tenía que romperse a nuestro favor. Y se consiguió a lo grande, por la puerta reservada a los que cortan orejas, dejan ko a su rival o lo arrodillan ante sí y es que Luis dio con la tecla exacta en cada momento.


Pese a no estar muy de acuerdo en la rapidez con la que asumió su control al dar entrada Xabi Alonso y Guiza con más de media hora aún por delante y sólo un gol de ventaja, es cierto que el 'Sabio’ viene manejando los tiempos con una grandeza al alcance de aquellos que han tenido ya muchas batallas para curtirse. Ahora le toca reír a él, nos toca disfrutar a todos.

La versión española fue camaleónica, restaurándose según las necesidades del partido y moldeando su grandeza minuto a minuto. Salimos lentos pero apareció el carácter de Senna en mitad de cancha para dar carácter, arrimar el hombro como nunca y, en definitiva, calmar los impulsos rusos, mucho menores que en anteriores ocasiones. A partir de allí, sólo un disparo peligroso de Pavlyuchenko que Casillas supo sacar como siempre, (es enorme la facilidad del madridista para mantener vivo al equipo cuando le llegan con todo) y tras la lesión de Villa, el partido necesitaba una lectura nueva, un planteamiento alternativo que en la ‘Roja’ fue Cesc.

El Gunner, que ha crecido día a día vestido de rojo, no sólo sumaba calidad al medio campo, sino que su capacidad organizativa, de llegada y de toque, sumó afiliaciones incomparables con Iniesta o Xavi, e incluso con Xabi Alonso minutos más tarde. Aquella facilidad creativa, de asociación ideal y con el temple que la situación requería, multiplicó el hambre de España, que pasó a ser una apisonadora de quilates puesto que Rusia, la misma que se había comido literalmente a Holanda, era incapaz de arremeter aquella ambición.

Cierto es que el intento de Hiddink de perpetuar el fútbol vistoso, le sale caro atrás cuando el marcador no es favorable. Con el toque desde atrás de Xavi, la definición perfecta de Guiza en una jugada con tintes de idiosincrasia histórica y la maniobra final de Silva (los dos últimos tras pases de Cesc), España metía la cabeza en una final que Alemania vive intensamente y supo tener a su alcance tras ganar a Portugal. El favoritismo es relativo porque pese a que España tiene más calidad y jugadores con capacidad de alterar sus guiones de juego, Alemania es más potente, agresiva y tosca, aunque sabe explota4r como nadie sus armas.

El domingo, el misil germano se cita en el viejo Prater con una España ejemplar, que ha levantado al país y que no conoce límite. Levantar la Eurocopa y enterrar todas las antiguas pesadillas será, desde luego, el mejor regalo posible para un torneo de aplausos infinitos. Gracias España. Enhorabuena Luis.

1 comentario:

el hombre del futbol dijo...

José David, esta noche (21:00 a 23:00 a la hora que te fuera bien) podrías concedernos una entrevista a un programa de radio por internet? Si puedes y quieres, envíanos un mail a nocheinternacional@hotmail.com

Un saludo.

 
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