El optimismo holandés y el escepticismo galo sólo habían quedado separados por noventa minutos diametralmente opuestos. Mientras Holanda goleaba con una exhibición ofensiva y plena de alegría, el debut de Francia dejó dudas y muchas incógnitas sobre las decisiones de Domenech, al que le sentenciaría una derrota. Estas sensaciones se reflejaban en los onces de inicio ya que mientras Van Basten repetía mismos planteamiento, los galos presentaban un aspecto revolucionario con la entrada de Evra, Govou y Henry como único delantero.
Sin embargo, no por imponer una catarsis se aseguran mejores intenciones y todo el plan de choque galo se quedó en nada demasiado pronto. Apenas se había cumplido unos minutos de estudio por ambos bandos cuando un saque de esquina lo cabeceó Kuyt en el primer poste para mandarlo a la red. El comodín ofensivo del Liverpool cumplió su cometido aprovechando un marcaje dubitativo y débil de Malouda, que evidenció su falta de solidez defensiva. La inteligencia del holandés hizo el resto para comprometer muy mucho el futuro de Les Bleus.
1 comentario:
Viva Holanda y la madre que la parió . . .
Han hecho lo mismo que nosotros pero con un futbol mas directo y contra la campeona y subcampeona mundial.
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