En la mejor edición que se recuerda de la Copa Libertadores en mucho tiempo, es difícil encontrar hueco entre tantas emociones y puntos de interés pues con Monumentalazos, Maracanazos y Mineirazos, no hay lugar a actores secundarios y sí muchos que reclaman un lugar en el primer plano. Pero como en toda competición, existe un equipo que, por imprevisible, sorprendente o desusado, se gana el sobrenombre de equipo revelación. Quizás por pertenecer a un país de segunda línea en cuanto al nivel exhibido en Sudamérica, ese honor se lo ha ganado con todo merecimiento LDU Quito.
El actual campeón ecuatoriano es la cara agradable del torneo y se ha ‘colado’ en unos formidables cuartos de final con la alegría e ilusión que desbordan en La Casa Blanca. Los de Edgardo Bauza (aquél central argentino que no paraba de meter goles y que triunfó en Rosario, Independiente o Juniors colombiano), parecen seguir un patrón de juego muy definido en los últimos años y que se basa en el equilibrio defensivo, el buen trato del balón y la alegría ofensiva con hombres muy técnicos de medio campo en adelante. Ello les ha valido elogios en cuanto a juego y desde luego resultados, porque han dejado atrás a Estudiantes de la Plata cuando nadie les tomaba en serio para meterse entre los ocho mejores.
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