Victoriosos pero con sensaciones extremas. Portugal y la República Checa llegaban a su duelo con tres puntos tras sus respectivos debuts, pero mientras los lusos sí respondieron a lo que de ellos se esperaba, los del este ganaron por la mínima, sin justificar su supuesta superioridad y con demasiadas incógnitas por resolver. Con el liderato en juego y la opción clara de dar un paso firme hacia cuartos, los dos favoritos del grupo mostraron sus cartas.
Scolari siguió confiando en la base que ya había derrotado a Turquía y no introdujo cambio alguno. Bruckner, por su parte, sorprendió con la ausencia de Koller en el once inicial y dio entrada al siempre imprevisible Baros, siendo junto a Matejovski (supuesto recambio de Rosicky), las dos caras novedosas.
Pero todas aquellas intenciones se quedaron muy pronto en el olvido, ya que en una jugada con muchos apuntes positivos, se vio favorecida por un sinfín de indecisiones y rechaces de la zaga checa. Pared entre Cristiano Ronaldo y Nuno Gomes para que, tras los inútiles esfuerzos de Cech o Jankulovski, Deco empujara a la red con un último toque del lateral milanista que no evitó el tanto luso. De nuevo, como ya sucediera en su debut, Portugal lograba adelantarse con goles antes que con buen juego.
Aunque el gol supuso un ‘mazazo’ al plan checo y se reflejó en los minutos posteriores, un saque de esquina que botó Plasil al punto de penalti, encontró la rapidez del pequeño Sionko para buscar su camino a la red. Es cierto que Ricardo dudó en su salida y eso propició el empate, pero Portugal ya había evidenciado su intención de dar varios pasos atrás para calmar el ritmo.
Un par de disparos lejanos con mucha peligrosidad por parte de Cristiano Ronaldo y la poca seguridad del meta luso en balones aéreos, pudieron dar un aire nuevo al partido pero con un ‘tempo’ mucho más sereno y sólo con individualidades, la cita necesitaba mayores ambiciones para romper la igualada. Las tentativas checas, basadas una vez tras otra en un fútbol directo y poco creativo, era opuesta al toque, dominio de pelota y apariciones individuales de los de ‘Felipao’.
Dos acciones de gran calidad por parte de Nuno Gomes y la interminable posesión lusa, reflejaban los pasos atrás que ya había tomado el equipo de Bruckner, al que le gustaba muy mucho la idea de sumar un punto y que había decidido aguantar el ‘chaparrón’ con las líneas muy juntas. Esos riesgos tan evidentes iban a dar premio a Portugal y, en especial, a un incisivo Cristiano Ronaldo. En su cuarto disparo desde media distancia, el del United la pegó rasa e inalcanzable para Cech, al que ya se habían encomendado los checos. Justo antes, Ujfalusi había rozado el tanto con un cabezazo que se marchó por muy poco. La pegada, una vez más, vital.
Y digo clave porque así lo fue en la recta final. Quaresma y Hugo Almeida fueron los cambios ofensivos que propuso Portugal pero la ocasión de oro estuvo en la cabeza de Sionko, que no le dio fuerza ante la gran intervención (la única) de Ricardo. La ocasión reflejó que, tras el tanto, Scolari había dado órdenes de conservar la renta que, pese a algún susto, fue suficiente para ver a lusitanos entre los ocho mejores (salvo un supuesto y extraño triple empate a seis puntos que aún posible) cuando una contra a tres toques, fue culminada por Quaresma tras ‘regalo’ de Cristiano. Los checos, sin perderlo todo, sí tendrán que rematar su pase en la última jornada, donde se llevan sus dudas.
Cristiano Ronaldo mete en cuartos a Portugal (1-3)
Publicado por Jose David Lopez el jueves, junio 12, 2008Etiquetas: Euro 2008, Portugal, República Checa
Pese a haber rozado la gloria hace ahora doce años, muchas cosas han pasado factura en el sub-campeón en la Euro 1996, sobre todo el tiempo, lo que ha envejecido poco a poco a jugadores que apuntaban alto, quedaron en el camino y ahora perviven en un nivel intermedio con previsión más que incierta. Existe un gran número de jugadores fijos, inalterables llueva o nieve en los planes del seleccionador, un Karel Bruckner (también es el más veterano) que ya ha anunciado su adiós tras una Eurocopa con muchas incógnitas en un cuadro experimentado, muy directo y sin creatividad porque, además, perdió por lesión a su estrella, Rosicky.
Pese a estas impresiones tan dubitativas respecto a sus opciones en el torneo, y mucho más sobre un futuro sin optimismo posible ante las nuevas caras que pueden ir llegando, la República Checa se clasificó por la puerta grande a esta Euro. A la que será su cuarta cita continental de manera consecutiva, los checos llegaron con sólo una derrota en sus espaldas (1-2) ante Alemania, su gran rival de grupo al que superaron en las últimas jornadas al derrotarle por un contundente (0-3) en suelo teutón. Lo mejor, sus números, sólo cinco goles recibidos son un bagaje atrayente para pensar que el planteamiento es mucho más precavido que antaño.
Etiquetas: Euro 2008, Karel Brukcner, Koller, República Checa
Soy de los que defiende que muchos de los jugadores que nos deleitaron en épocas anteriores, no serían hoy más que comparsas víctimas de su físico. Hay incontables ejemplos de cómo la técnica era la virtud estelar y casi exclusiva de los mejores jugadores de épocas pasadas. La facilidad hacia la vida desenfrenada o, al menos, alejada del profesionalismo actual (donde es impensable lucir michelines y hasta criticable no entrenar a menudo) hace casi imposible la comparación entre aquellos mitos y los actuales.
Sin embargo, siempre hay quien hubiera tenido más facilidades para acoplarse en una época posterior a la que le tocó vivir y, entre todos ellos, destacaría la figura del checo de oro: Joseph Masopust. No tenía un físico especial ni mucho menos pero, consciente de ello y con una señera capacidad de sacrificio, se preparaba a conciencia cada invierno en las montañas checas. Retirado de la ciudad y con la mente liberada. El, mejor que nadie, sabía que cuidando su medio de trabajo y perfeccionando en la concentración, no le iban a faltar coronas (moneda checa) que llevarse al bolsillo en una Checoslovaquia sumida en la ausencia de la democracia liberal.
Etiquetas: Balón de Oro, Dukla Praga, Joseph Masopust, Leyendas, Mundial 62, República Checa