Huyendo de las Américas

Los grandes planes de expansión que tiene prevista la Federación de Fútbol de Estados Unidos para la MLS, han dado un impulso más a la carrera por ganarse la confianza y el cariño del pueblo yankee, aún muy reticente a deportes de alcurnia europea. El seguimiento ha crecido en los dos últimos años, donde se han logrado multiplicar ingresos y adoptar planes futuros que amplíen los competidores (de 14 equipos se pasará a 20 en apenas cinco años más), reglas para ajustar la competición a imagen de los campeonatos europeos e incluso acuerdos de cooperación para la construcción de estadios y financiación bajo el modelo de la Bundesliga.

Todo ello se ha acompañado de más ‘estrellas’ que nunca y de una facilidad económica que aseguraba la llegada masiva de, al menos, muchos de los sudamericanos que destacan en ligas menores. Si a ello incluimos que la MLS mantiene el jugoso cartel del dólar fácil para veteranos casi exiliados del fútbol a primer nivel, siempre existirán motivos para echar las redes en busca de un icono. Ronaldo, Del Piero, Raúl, Totti, Verón …todos han sido tentados y podrían terminar sus días entre el glamour y la exigua rivalidad que procura el fútbol estadounidense.

Agobiados por esa lasitud y, por qué no decirlo, después de haber fracasado en su intento de rearmar a todo un país en torno a un deporte que nunca comprenderá, David Beckham y Landon Donovan han bajado los brazos. Las dos estrellas de Los Angeles Gálaxy, las mismas que no pudieron dar el tan deseado título a la franquicia californiana, han hecho las maletas y, a gritos, han pedido una nueva oportunidad en un ambiente más ajustado a la supuesta calidad que aún atesoran.

El caso de Becks es más que singular. Dejó en la estocada a todo un Real Madrid, fue apartado por sus excéntricas presentaciones con los angelinos y acabó alabado por el Santiago Bernabeu y con una Liga bajo el brazo. Siempre fue un profesional de los pies a la cabeza, jamás quiso dejar de competir en el primer nivel como demuestra su ambición por entrar en los planes de la selección inglesa pero dio la sensación que su fama lejos del césped le llevó por un camino que ni el mismo deseaba. Ahora intenta dar marcha atrás vestido de rossoneri, buscando el cetro perdido en el acuífero milanista y con una cesión de apenas dos meses que tendrá polémica asegurada de aquí a marzo.

Otro que solicita una segunda oportunidad es el exaltado Landon Donovan. La gran estrella estadounidense no ha logrado despuntar desde que volviera a USA tras su paso por el Leverkusen. Con sólo 17 años llegó al Bay Arena, justo cuando había sido elegido Balón de Oro de su categoría y las expectativas eran muy prometedoras. Los germanos le cedieron varios años en la MLS y tras destacar con grandes registros y tres títulos a sus espaldas, volvió para fracasar estrepitosamente. Sólo jugó 7 partidos oficiales con los Werkself antes de volver cabizbajo a su país, donde siempre ha sido considerado una deidad a pesar de su falta de atrevimiento para triunfar en mayores plazas. Como Becks, busca volver atrás con el Bayern de Múnich, que tras darle cobijo en forma de entrenamiento, ha logrado su cesión hasta marzo.

Dos deserciones imprevistas, sorprendentes por el nivel de los clubes que les han aceptado y que vuelven a reflejar la capacidad de marketing que un nombre bien explotado es capaz de conseguir. Nadie espera mucho de ellos, todos conocen sus limitaciones, de donde vienen, pero de igual manera merecen un reconocimiento por su escapada en busca de mayores retos. Tienen dos meses para convencernos a todos.

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