El 'cajero' de Cairú

Ensombrecidos por las grandes estrellas que reinan en las grandes ligas europeas, son muchos los jugadores que durante sus primeros años de éxito fuera del entorno continental, elijen iniciar su trayectoria en campeonatos de menor caché. La juventud, la sabiduría consentida de sus agentes y el dinero que retumba en las cabezas de juveniles con ganas de hacerse notar, son las principales razones por las que muchos desembarcan en la Eredivisie, Bundesliga, Premier Rusa o, más tradicionalmente en Brasil, la Sagres portuguesa. Dentro de este último sector, se aglutinan una gran cantidad de brasileños que aprovechan el lenguaje similar para dar un escalón inferior a la élite pero que les dará reputación para encaramarse con un par de años.

Esta ‘colonia’ brasileña que durante la última década a llegado en masa al campeonato luso, tiene un icono referencial que se sobrepone al resto. Con cifras escandalosas de goles durante varias campañas y siendo clave en todos los pequeños logros de su club tanto en Europa como a nivel nacional, la parte verdiblanca de Lisboa, la del Sporting, no encuentra justo reconocimiento a su querido artillero: Liedson, el ‘reponedor’ de goles.

La humilde infancia que tuvo que padecer en su Cairú natal, un archipiélago de Bahía aún hoy poblado principalmente por colonos portugueses, hacía presagiar un vínculo importante para el joven, que no tuvo más remedio que ayudar en labores familiares para llevar el pan a casa. Así, en mitad de sus sueños futboleros, aún recuerdan en la zona cómo Liedson entró a trabajar en el supermercado del pueblo, donde constantemente se le veían lágrimas de impotencia. Al parecer, rebeló sus objetivos con un balón en los pies a los compañeros que, desde luego, se lo tomaban a guasa y vacilaban aquellas esperanzas en un carácter muy superficial.

El modestísimo Pocoes le dio la opción de mostrar a sus allegados que aquellas noches en ‘vela’ podían tener un destino brillante. El, se encargó de concretarlo a base de goles en Coritiba, Flamengo y Corinthians, donde ya evidenció ser un hombre válido para dar el salto al nivel europeo con goles que valieron el campeonato al Timao. Su familia, la que aún comía con el dinero de aquellas tardes de supermercado entre lloriqueos, abandonó el umbral humilde cuando la meta de Liedson se hizo realidad al aceptar una gran oferta del Sporting de Lisboa. Los leones lo llevaban a un ambiente distinto pero rodeado de los mismos colonos a los que atendía en la caja del supermarket. Nada podía fallar.

Dejando una treintena de goles en poco más de dos años como profesional en Brasil, su llegada al José Alvalade respondía firmemente a una renovación en el ataque del club, que había perdido ese mismo verano a dos perlas de su exquisita y potente cantera, Cristiano Ronaldo y Quaresma (casi nada). La velocidad del que pronto llamaron Levezinho, implantó huella en unos partidos, ya que no tardó en consumar su capacidad a la hora de hacer hablar redes rivales. 38 goles en sus dos primeras temporadas, muchos de elos en clásicos y siendo ocho de ellos vitales para llevar a su equipo a la final de la Copa UEFA, reflejaron el acierto en su fichaje y el cariño que toda la afición verdiblanca le tomó de inmediato.

Esas cifras no se han reducido con el paso del tiempo porque, cinco años más tarde, suma un total de 112 goles, lo que le coloca a la altura de los grandes artilleros de la historia del club. A pesar de las grandes perlas que produce el trabajo juvenil del club, con nombres como Moutinho, Veloso o Rui Patricio, el ídolo de la afición es su querido goleador, al que idolatran semana tras semana con la misma pancarta: “Liedson resolve” (Liedson resuelve).

A pesar de haber sido tanteado por el Sevilla, de haber recibido ofertas irrechazables desde Brasil y de encaramarse durante varias campañas a los primeros puestos en la tabla de goleadores, a Liedson no le llegó el salto definitivo. Reclamando aún su protagonismo y después de haber estado cinco meses lesionado por un problema de rodilla, ha reaparecido con dos goles en sus dos primeros partidos de la temporada que se traducen en tres puntos ligueros que le meten en zona alta y, sobre todo, tres más en Champions imponiendo se ley al frío de Doneskt.

Recordando que Brasil no le pidió ayuda cuando pasó una crisis de delanteros hace meses, y que el se siente portugués al confirmar que está en trámites de nacionalización lusa, el panorama internacional le espera. Sus 30 años son un punto negro pero conociendo la ausencia de goles en la Portugal de Queiroz, la falta de un delantero potente desde hace décadas y la eficacia demostrada, dejar escapar al ‘Cajero de Cairú’, sería un error.

1 comentario:

Esteban Gómez dijo...

Hola!
Muy bueno el montaje jejeje
Un abrazo! Nos leémos ;)

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