Rafa se auto-devoró

Sensación de impotencia puede ser lo que mejor explique la debacle del Liverpool sobre la noche ateniense. Los Reds fueron fieles a su ideal, o mejor dicho, al de su técnico, un Benítez que planteó el partido a la perfección, pero que se derrumbó en una acción desafortunada. La presión a la salida de balón milanista, la acumulación de efectivos en mitad de cancha y desasistir así a Pirlo y Kaká, era el factor clave que buscó y logró Rafa, pero que terminó siendo devorado primero por la falta alarmante de pegada y, después, por la ‘puntilla’ del siempre heroico Inzaghi, justo el lado opuesto a la falta de gol. Pippo merece post aparte, como Maldini.

El Liverpool fue mejor, no hay porqué negarlo, hasta el gol lombardo. Lograron tapar las vías milanistas, cerraron su conexión de ataque y, sobre todo, generaron un incómodo choque para Ancelotti que, lo mejor que hizo, fue justamente eso, no hacer nada y saber que su equipo tiene bien estructurado un esquema y como ‘zorro viejo’, nunca se descompuso.

Los puntos negros del Liverpool fueron pocos pero vitales, porque cuando el Milan estaba a merced y muy inestable, no supieron culminarle para haber dado alas a su propia ambición y ánimos a su esquema. Donde flaqueó Benítez fue en las bandas, porque Zenden y Pennant si estaba destinados a romper y aprovechar esas dudas que sí logró con su presión, pero sobre todo el holandés, no tuvo su noche.

El Milan se dio cuenta de que la pegada enemiga era mínima y no le costó nada el saber estar y aguantar su ocasión, como haría un equipo matriculado por antonomasia en estas gestas. Esa oportunidad llegó casi de la nada y el ‘hombro mágico’ de Inzaghi terminó por dar incluso la razón a Ancelotti (feliz con su plantilla), que lo prefirió a Gilardino (y quien no).

En ese momento el partido nunca volvió a ser igual, incluso el Liverpool fue demasiado precipitado en su idea de juego e incapaz de sortear a un Milan contemporizador e inteligente como nadie. No se trata de jugar bien, sino de saber explotar tus fuerzas mejor que el rival y ganarle con ellas. El mal fario siguió a Benítez que, quizás pensando en una prórroga, alargó demasiado la entrada de Kewell (creo que errónea dada su inactividad) y de Crouch. El resto fue fantasía y pillería milanista contra empujones sin convicción. Justo o no, la séptima llegó a Milan, quizás el proyecto al que todos habíamos destripado en agosto.


Foto: AFP

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Buen análisis del partido. Ami mas que a final, me pareció que estabamos viendo un partido de Liga y ademas entre equipos muy trabajados pero sin nada que echarse para disfrutar. Una lastima de final.

Iñaki dijo...

La verdad es que fue una mala. Muy poco fútbol, mucho centrocampismo y pocas ocasiones claras de gol.

Al final, en mi opinión, el resultado fue justo. Ganó el mejor. El primer tiempo fue más 'red' pero el segundo lo controló perfectamente el cuadro lombardo.

Rafa planteó bien el partido, cediendo la posesión y presionando la salida de balón. Sin embargo, creo que no estuvo acertado en los cambios y fueron demasiado tarde, sobretodo el de Crouch.

Y como bien dices, Maldini y 'Pippo' merecen post aparte. En mi blog me centrado en la figura de Inzaghi. Espero veros por allí.

Un saludo

J. Urrutia dijo...

No considero a Benítez culpable de la derrota 'red', más bien lo contrario. No hya más fútbol que el que se ve. Es un equipo el inglés, que rinde por encima de sus posibilidades solo en torneos de este tipo, y gracias a las excelsas lecturas de partido y planteamiento de Rafa. En un torneo más largo, como la Premier, donde la estrataegia tiene menos importancia que en los torneos del KO, y se va difuminando a medida que transcurre el ejercicio, el Liverpool pierde comba a las primeras de cambio.

El Liverpool ha llegado a dos finales Champions con Rafa, y solo con él podrán volver los éxitos a Anfield.

Atención al desembolso de pasta que harán en verano los nuevos dueños de la entidad...

Un abrazo, y a ver si te dejas caer más por mi blog...

 
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