Podría hablar de Amauri y su exhibición en Florencia, donde el Palermo certificó su objetivo y venció quizás sin merecerlo, pero aprovechando las cualidades y salidas que le ofrece su compensada plantilla. También podría hablar del derbi lombardo más loco de los últimos años, que a mi forma de ver, sólo dejó patente al mundo lo mal que están las dos instituciones desde el primer escalón de su cúpula directiva (dejando las bochornosas rebajas del CONI a un lado) hasta las ideas tan desordenadas de Ancelotti y Mancini.
Pero resulta, que en una jornada en la que cualquier noticia deriva de lo anterior, yo, me quedo con el Siena y con un veterano que da sus últimas alegrías a los toscanos.
Más de uno supongo que lo conocerá, pero para otros, el nombre de Mario Frick pasa más que desapercibido dentro del panorama internacional, no así para los 34.000 habitantes de Liechtenstein que sacan pecho con su estrella, ésa que lleva anotados cinco tantos en el Calcio y que tiene en puestos de Champions al modesto Siena de su 'tocayo' Mario Beretta. No es precisamente el objetivo lograr meterse en Europa, sino no pasar apuros por descender, pero al paso que van y en una liga como el Calcio, el camino apunta muy bien hacia la permanencia y en ello Frick tiene mucha culpa.
32 años le contemplan, mucho fútbol en sus piernas y varios años en ligas menores, que le hicieron valorar lo que actualmente tiene. Según sus propias palabras, el delantero siempre tuvo claro que quería ser futbolista, sus nada menos que ocho tíos le enseñaron desde muy pequeño y tiene muy claro que de no ser por el balón, hubiera mejorado en los estudios, algo que dejó totalmente aislado por ser futbolista.
En su vida, todo le procede del fútbol y del deporte. Conoció a su mujer en una operación de abductores a la que se sometió, al parecer le gustaron tantos los tratos con la enfermera que le cuidaba, que decidió quedársela para siempre. Incluso sus dos hijos respiran deporte, Yanik y Noah, provienen de su ídolo el tenista francés Yannick Noah.
El ariete comenzó su carera en el modestísimo FC Balzers, que pasa por ser uno de los mejores de su 'pequeño' país. Allí, lo máximo que logró fue conocer el fútbol internacional al jugar la Recopa de Europa, y sus actuaciones le llevaron al St.Gallen suizo donde los once goles anotados le llevaron al Basilea, actualmente el mejor equipo suizo, donde logró 30 tantos en tres campañas para, tras pasar por el Zurich, poner rumbo a Italia.
Frick no era conocido para el público hasta que durante un choque contra Alemania, cuando el marcador mostraba un inquietante 2-2 cuando su gran actuación (con asistencia y gol del propio Frick), hizo que varios ojeadores le echaran las redes. A pesar de haber debutado como internacional con tan sólo 19 años, Frick tenía ya 26 cuando recaló en el Arezzo de la Serie C, donde logró el impulso necesario a través de 17 dianas para que el Verona, (por entonces en Serie A), le contratase.
En los Gialloblu encontró minutos, pero sus números le hicieron retroceder al Ternana de la Serie B, donde se destapó con sus 44 goles en tres campañas, que llamaron la atención del Siena. Así, con nada menos que 32 años, le llegaba al bueno de Mario la primera gran oportunidad de su carrera. Su buen inicio de temporada, donde ya suma cinco tantos, está dejando a la sombra a hombres como el albanés Bogdani, el veterano Enrico Chiesa y al joven Corvia. Pese a su edad, aún no piensa en retirarse y en Siena se lo agradecerán.