El dilema de las barreras


Análisis a día de hoy

Se puede decir que es una de las batallas perdidas que el fútbol actual no logra sacudirse. Y es tal el pasotismo de las Federaciones Arbitrales que los propios colegiados se muestran impotentes cuando se pita una acción con peligro a balón parado.
Si nos fijamos en las faltas, el propio árbitro del encuentro es quién cuenta los pasos pertinentes a cada acción, por lo que se debería respetar, una palabra que en el fútbol está cada vez más olvidada.
El colegiado ya ha contado los metros y, al pitar, cada jugador que forma la supuesta barrera se encuentra un metro por delante de donde el pobre señor del silbato le había dicho "No te muevas". Todo esto sin contar ese valiente jugador que sale de su lugar en la muralla defensiva para lanzarse en una carrera contrarreloj hacia el balón antes de que el propio lanzador tan siquiera le toque.
En el mejor de los casos el árbitro lo único que podrá hacer es sacar tarjetas amarillas (midiendo no equivocarse en uno que ya tenga aviso), por lo que la mayoría de las veces el jugador que recibe la falta sale perjudicado por el golpe y además sabiendo que su dolor sólo acabó en el mejor de los casos con una amarilla a un rival. La picaresca elevada a su máxima potencia.

La Premier League, siempre muy avispada en estos problemas, también empieza a encontrarse con estos problemas, aunque los árbitros ingleses siempre son más estrictos y reglamentarios. A veces se les escapan estas jugadas, y si ellos no lo logran...

¿Recuerdas ese gol de falta?

Marcos Assunçao, Juninho Pernambucano, Beckham, Pirlo... todos ellos sufren esta plaga de moda en sus enormes disparos.
Yo quiero recordar el último gol de falta que pude ver en noventa minutos y aunque se me vienen a la cabeza algunos, más recuerdos actuales tengo de las veces que la barrera estropeó la posibilidad de que todos pudiéramos ver otro gol de falta, que está claro son goles de mucha factura.
Mejor no ponerse a pensar en la cantidad de goles que nos hemos podido perder sólo por aquél hombre que se lanza a que le den el pelotazo primero, valiente pero ilegal a todos los efectos. O por la penosa actuación del "señor de negro" que aunque ve que la barrera está a tres metros no hace nada al respecto, o si, enseñar tarjeta al lanzador. !Lo que faltaba!


Medidas al respecto

El tema está complicado. Las Federaciones Arbitrales deberían desde ya mismo poner una norma mucho más estricta de las actuales para intentar solucionar este problema.
En campeonatos como la liga Paulista de Brasil, el propio árbitro utiliza un sistema de spray para plasmar sobre el césped el lugar justo donde según sus pasos la barrera se debe clavar. ¿Un sistema válido? Las pruebas se están llevando a cabo, pero aún sin nada claro al respecto. Ya me estoy imaginando a alguno borrando con su bota la línea limite... y recibiendo la amarilla pertinente claro.
Poniéndonos en lo más negativo, se acerca el Mundial y tal vez si el sistema no lo arregla, podemos sufrir las calumnias de un campeonato 2006 sin un sólo gol de falta.
Imagínense una cinta de video de las muchas que hay sobre los mejores goles de falta en la historia, recuérdenlas bien, porque si nadie lo evita, de aquí en adelante pueden ser los únicos que veamos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Tal y como se dice esto ya no hay quien lo arregle, cada dia tenemos menos goles de frikis y la verdad creo que salvo excepciones la cosa no cambiará.

Anónimo dijo...

esto es una verwenza xrow weno...ay tantas cosas mal exas q una más... no la van a cambiar...

m gusta mucho la página, hacía tiempo que keria ver una así... gracias jose david..

Anónimo dijo...

La gran batalla perdida en nuestro deporte favorito.No seria tan raro que veamos un mundial sin goles de falta por lo que antes de nada por favor sientensé a hablar arbitros del mundoi y evitenló.

José Mendoza dijo...

La solución del spray me parece muy buena. Recuerdo que hace un tiempo salió en el mítico programa El Día Después un español que fue el que inventó lo del spray y le rechazaron la propuesta. Entonces pensé que la FIFA se equivocaba, y sigo pensando lo mismo.

 
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